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lunes, 31 de diciembre de 2012

Dos párrafos para el año viejo


Se va el 2012, se va, se va...
Atrás quedarán recuerdos que se convertirán en hojas pálidas, arrugadas, hediondas a rincones enmarañados. Son momentos, fotografías que solo son intactas en papel. Son también risas y lágrimas turbias, llantos silenciosos o alegrías disimuladas. Metas, planetas alrededor del sol, girando, no manteniendo calma.
Se va el 2012, que no fue malo. No lo fue. Viene un año prometedor, ansioso de sorprender. Un nuevo año en el que habrá viajes a lugares remotos, visitas imprevistas, regalos, llantos, rabias testarudas y abrazos fuertes. Habrá de todo, pero sólo quiero que haya algo: salud y tranquilidad, dos palabras de lugar común. Solo deseo que el amanecer del año nuevo llene corazones insalubres de fe, y que en cada sonrisa se siembre la felicidad mayor, la vida plena.
Feliz año

sábado, 8 de diciembre de 2012

Eleazar Díaz Rangel, director de ÚN

“La verdad es la ley fundamental para hacer un buen periódico”
El periodista con más 30 años de experiencia y actual director de uno de los medios impresos más vendidos del país considera que la politización existente en los diferentes sectores de la sociedad venezolana ha hecho que el periodismo abandone el arraigo a la verdad y la ética. El también presidente de VTV para 1994, opina sobre el rol de los medios de comunicación dentro del nuevo Plan Socialista de la Nación

JORGE AGOBIAN | @jorgeagobian

Eleazar Díaz Rangel no apaga el televisor de su oficina. El noticiero se escucha mientras esta conversación se efectúa. Su campo de trabajo son las últimas noticias. Eso parece ser claro por un lote de ejemplares de periódicos con ese nombre que se encuentran sobre su escritorio. Desde 2001 dirige ese medio de comunicación impreso, aunque ahora, en una nueva sede desde la que se contempla la avenida Rómulo Gallegos de Caracas. 

El periodista egresado de la escuela de Comunicación Social de la UCV, en la cual posteriormente se desempeñó como profesor y director desde 1983 hasta 1986, piensa que la ética y la verdad son dos de los valores periodísticos inherentes de la profesión. Dice, sin que su voz delate dudas, que actualmente el ejercicio del periodismo venezolano “sufre de una crisis ética”. El también autor de la obra La prensa venezolana en el siglo XX, unos de los textos clásicos que relatan la evolución del periodismo en el país, está consciente de cómo se manejan los medios de comunicación en la actualidad. “La verdad, que es una de las premisas fundamentales en el ejercicio de la profesión, está afectada por otros factores políticos y empresariales”.


Usted ha escrito sobre censura en los medios ¿Hay censura o autocensura en los medios venezolanos? ¿Podría comparar la censura en los medios de comunicación de antes y de ahora?

Hoy no hay censura. En la época de Marcos Pérez Jiménez la hubo circunstancialmente. En estos años no ha habido nunca censura en los medios de comunicación. La autocensura es la que se imponen los propios dueños de medios, a quienes no les interesa informar sobre determinados hechos.


Recientemente, el director de Datanálisis dijo que Venezuela está tripolarizada y que existe un segmento que se llama “Nini”. Según él, lo mismo pasa en los medios de comunicación ¿Existe dentro de los medios de comunicación “ninis” de la información?

Yo no estoy de acuerdo en que se clasifiquen como nini. Hay unos medios que están al servicio del Estado y hay medios que tienen líneas opositoras al gobierno. También hay medios que tienen líneas equilibradas. En ninguno de los casos se les podría llamar nini.


¿Cómo se les llamaría entonces?
Medios equilibrados.

Para usted, cómo se define ¿cierre de medios o suspensión de concesión?
Ha habido dos casos. El primero fue el de Radio Caracas Televisión, en el que no se prorrogó la licencia o la concesión. Después, hubo un caso en el que siete emisoras habían violado el reglamento correspondiente. Esos son los dos casos que habría que señalar.

¿Se cerraron o se les suspendió la concesión a esos medios?
La verdad es que se les suspendió la concesión y eso los obligó a cerrar.

El presidente Hugo Chávez lo llamó a rectificar en días pasados por una información que publicaron sobre el aumento de la inflación. También dijo que Últimas Noticias “no es el peor periódico” ¿Cómo se hace el mejor periódico?

En cualquier parte del mundo el mejor periódico se hace con base a la verdad, tratando siempre de  informar con la verdad. Cuando se incurre en errores u objeciones hay que aceptar la réplica o aclaratoria, si es que el mismo medio no lo hace por su cuenta. Ser fiel a la verdad es la clave y la ley fundamental para hacer un buen periódico.
De derecha a izquierda: un periodista con 30 años de experiencia y un estudiante de periodismo

¿Es el periódico que usted dirige el ejemplo del periodismo que se debe hacer?
Hacemos un esfuerzo permanente por informar con la verdad. Cuando nos equivocamos no tenemos problema en admitirlo. A nosotros nos guía informar la verdad por encima de cualquier factor político o empresarial.

Pero los medios construyen una parte de la realidad. Son una óptica de la realidad social del país ¿Acaso esa óptica es la del director del medio?
Los medios deberían reflejar lo que es la verdadera realidad. Esa realidad, por supuesto, puede ser parcialmente ignorada, deformada, enriquecida o irrespetada según los criterios del dueño del medio.

¿Cuál es el reto de los medios de comunicación privados en Venezuela en el marco del Socialismo del siglo XXI?
Aquí no se ha implantado ningún socialismo. La economía de Venezuela sigue siendo capitalista. Venezuela es un país capitalista. Lo que pasa es que está en transición hacia el socialismo y ese será un proceso que durará varios años. El rol va a seguir siendo el mismo: buscar la verdad e informar la verdad. No habrá restricciones en la búsqueda de ese propósito. 

¿Qué espera en el ámbito de la comunicación y la información con la designación del nuevo Ministro Ernesto Villegas?
Habría que esperar. Ernesto es un periodista muy inteligente y muy joven. No ha tenido experiencia en la administración pública. De repente fue elevado a un Ministerio muy complejo, por el cual han pasado ocho profesionales del periodismo con experiencia. Confiamos que pueda atenderlo exitosamente. La información que se genere de ese Ministerio tiene que estar apegada a la verdad. 

¿Y los anteriores Ministros lo han hecho bien o no?
Todos han tenido éxitos y deficiencias. Pareciera que es muy complejo dirigir ese Ministerio en un país como este, donde hay tanta crispación política y social,  y donde además hay un Presidente que evidentemente es un gran comunicador. Creo que por eso han pasado tantos por esa organización.

Usted fue presidente de VTV en una oportunidad ¿Cómo era Venezolana de Televisión entre 1994 y 1996?
Era algo totalmente distinto. El Presidente era Rafael Caldera y el Ministro de Comunicación era Guillermo Álvarez. Él (Guillermo Álvarez), nunca interfirió en la política editorial informativa del canal. Existía la desventaja que teníamos un presupuesto exiguo con el que era imposible atender las necesidades informativas y técnicas que tenía el canal. Hoy en día, esa necesidad no existe porque ha habido una política estatal que está en armonía con las necesidades de VTV.

En cuanto a contenido ¿cómo es Venezolana de Televisión ahora?
Es un canal excesivamente parcializado en informar la acción gubernamental.

¿Eso es bueno o malo?
No, no es nada bueno.

Se habla de la politización de los periodistas en el país tanto desde el sector de la oposición como desde el oficialismo ¿Está bien incluir la política en el oficio periodístico?
Eso siempre ha ocurrido en Venezuela. Lo que pasa es que ahora somos un país muy politizado y ese ha sido uno de los cambios más trascendentales del país. Es casi inevitable que eso no se refleje en el periodismo. Ese es reflejo de lo que es Venezuela en la actualidad.

¿Hay que seguir estudiando Comunicación Social?
Claro, sobre todo hay que seguir estudiando periodismo. Siempre va a ver periodismo, con papel o sin papel.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Eduardo Sánchez Rugeles, escritor venezolano radicado en Madrid


“Cuando narro me siento como un carajito”

 E, es la firma de Eduardo Sánchez Rugeles en su correo electrónico. E, podría ser la primera letra de su nombre o simplemente un adjetivo. Propondría que fuese excelente escritor o emprendedor literario. Sin embargo, él, mi entrevistado, se autodefine como egoísta
Fotografía cortesía de Beto Gutiérrez


Eduardo Sánchez Rugeles es una combinación de sarcasmo y de intelecto. Él mismo se reconoce como “un tipo profundamente inmaduro”. Sin embargo, aunque han sido 35 veranos e inviernos los que ha vivido desde 1977, pareciera que ha sabido aprovechar su inmadurez gracias a su talento como escritor de, al menos, cuatro éxitos literarios. Uno de ellos, la novela ganadora del Premio Iberoamericano de Literatura Arturo Uslar Pietri en la edición 2010, Blue Label o Etiqueta Azul.

Sánchez, egresó de la UCAB con el título de Licenciado en Letras en 2003 y dos años más tarde se graduó como Licenciado en Filosofía en la UCV. Sus obras Blue Label, Los desterrados, Transilvania unplugged y Liubliana son el resultado de su interés en escribir sobre el “asunto humano”. Para Eduardo, “el desastre interior” de las personas es el que estimula su creatividad. Asegura que desde niño ha sentido fascinación “por el legendario y nunca bien ponderado arte de hacer botar la piedra”. Su pluma va botando tinta sarcástica, intensa, jocosa, pero sobre todo, aunque envuelta en un lenguaje jovial, real. La contemporaneidad está escrita en sus cuatro novelas: la vida de los caraqueños de clase media, la de los jóvenes y no tan frescos, los problemas del matrimonio, la descomposición de la familia, el deseo de irse del país, el sexo y sus problemas. Los tabúes dejan de ser muros de contención y se convierten en ladrillos de 5 por 2.

Desterrado de Venezuela, quizás viviendo el exilio que trata en cada una de sus novelas, se encuentra establecido en la ciudad de Madrid, España, donde actualmente cursa estudios de Doctorado en Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Salamanca. “Ya no me acuerdo qué fue lo que vine a buscar”, dice el joven escritor venezolano cuando se le cuestiona sobre su vida en ese país. “No sé qué extraño pero extraño, no sé qué echo de menos pero echo de menos” expresa Rugeles quien dice vivir en un lugar y tener la cabeza en otro. 

“Si hablamos en términos de calidad de vida, por supuesto, en España se vive mejor que en Venezuela, incluso en medio de la actual crisis económica”

“Teclado y café”

Para escribir, dice que más que rituales, tiene muchas manías. Eduardo sólo escribe en las mañanas y ese proceso se extiende hasta mediodía. Sobre su escritorio, una taza de café y el teclado. No desayuna.

“Al trabajo matutino lo llamo rodaje y al vespertino lo defino como edición y montaje”, expresa el escritor otorgándole nombres a sus procesos de redacción, los cuales define en términos cinematográficos.

Cuando Eduardo comienza a escribir una historia necesita visualizarla, mantenerla en su cabeza, creérsela y conocer bien a sus personajes. “Nunca me he sentado a reflexionar sobre cómo se da ese proceso. Solo puedo decir que, hasta la fecha, más allá de algunas rarezas y manías, no tengo fetiches ni supersticiones”, devela el también Magister en Estudios Latinoamericanos de la Universidad Autónoma de Madrid.

Luego que se encuentra inmerso en la redacción de su proyecto literario, indica que se empeña mucho en pulir los bloques de texto, cambiar frases, suprimir adjetivos, rastrear redundancias, en fin, realizar una labor de carpintería de lo que escribe. Una especie de in y out de la información.

Piensa que más que un escritor famoso es “un hombre con suerte”. Si se le cuestiona sobre lo que él considera que hace a un gran escritor, responde palabra tras palabra: la lectura, la autocrítica, la perseverancia, la humildad real (no la instrumental), la disciplina, la curiosidad, la relectura. Esos valores y hábitos los ha venido practicando desde el año 2010 cuando publicó su primera novela, lo que lo ha posicionado como uno de los grandes autores de las letras venezolanas actuales.

Su personalidad en páginas de novelas  

Eduardo dice que no se parece a ninguno de los personajes de sus novelas. Gabriel, es el protagonista de su última obra Liubliana, publicada en el 2012 y ganadora del primer lugar del Certamen Internacional de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz celebrado en México en 2011. “Gabriel, particularmente, me resulta un tipo antipático. Tengo pocas afinidades con él”, dice el escritor. En su obra Liubliana, indica que deja colar parte de su personalidad entre el grupo de amigos del protagonista. 

Con respecto a su primera novela Blue Label, dice tener mucha más empatía con la protagonista, Eugenia Blanc. “Me gusta su desengaño, su pesimismo romántico”. Su manera de escribir, sobre temas modernos y la vida de los adolescentes lo hacen sentir, según él “como un carajito”. 

Los desterrados, Liubliana, Blue Label. Todas hablan de historias en las que los personajes se van del país ¿Tiene eso que ver con tu propia situación?

Sí, el exilio es un tema recurrente en mi obra literaria pero no creo que se trate de un fetiche. El exilio venezolano contemporáneo, como fenómeno sociológico, está ahí. La situación es visible. Las familias venezolanas, en su mayoría, han adaptado una clara modalidad de diáspora. No es algo que me haya inventado. El asunto me llama la atención y, por esa razón, procuro revolverlo y desglosarlo en las historias que narro.

¿Has encontrado en España lo que no encontraste en Venezuela? 

El ritmo de vida en Madrid es mucho menos frenético que en Caracas. Aquí olvidé, por ejemplo, la trágica rutina del estrés. Caracas es caótica y anárquica. En ese sentido, la vida cotidiana en España es mucho más relajada.

¿Qué encontraste?

Si me preguntas por alguna búsqueda existencial o trascendental no sabría qué decirte. Creo que, en los últimos años, me he vuelto más pesimista, más oscuro. Me he convertido en un absoluto desengañado. No sé si ese desengaño tenga que ver con la búsqueda a la que haces alusión en tu pregunta.

¿Existe Eugenia, Gabriel, Vadier o Alo?

No, todos son personajes de ficción. Conozco a algunas personas que se parecen a ellos. Muchos de mis personajes tienen un referente concreto en algún conocido pero la peripecia, el mundo interior, el conflicto, pasan por el filtro de la ficción. Luis y Eugenia, por ejemplo tienen un correlato real. Cuando imaginé la historia, mis protagonistas tenían una cara pero eso es solo una estrategia, un asunto de método. Todo lo que pasa en la novela es mera invención.
En tu obra Liubliana hay una escena donde Gabriel tiene relaciones con una mujer adepta a la ideología del Presidente Chávez ¿De dónde salió esa idea y qué quisiste retratar en ese capítulo?

Un amigo cubano me contó algo que le pasó durante un viaje de trabajo. En su caso, uno de los protagonistas de la anécdota era el viejo Fidel. Su compañera de viaje le expuso algunas de las bondades de la Revolución Cubana, él, en la intimidad, tuvo un comportamiento parecido al de Gabriel Guerrero (el protagonista de la novela). El relato original, en esencia, es bastante parecido a lo que describí en la novela. Desde que ese pana me contó esa historia supe que tenía un gran potencial literario.

 Cara a cara con Eduardo Sánchez Rugeles

¿Un defecto?
Egoísmo

Caracas
El Valle de Babel.

Redes sociales
Un mal necesario (o no).

¿Y si te tienes que regresar a Venezuela?
 De alguna forma, nunca me fui.

El dinero
Siempre hace falta.

El matrimonio
Una antigua tradición social y religiosa.

El 7 de octubre de 2012 y Hugo Chávez 
Otro día que vivirá en la infamia.

¿Alguna otra obra en camino?
Jezabel. Ediciones B, Colección Vértigo, 2013.

¿Qué opinas sobre esta entrevista?
Está bien.

martes, 30 de octubre de 2012

Julio César Pineda, internacionalista y columnista

“Nicolás Maduro no hará bien ni la vicepresidencia ni la Cancillería”

El Doctor en Derecho y Relaciones Internacionales opina que es un error del Presidente Hugo Chávez otorgarle dos de las responsabilidades más grandes de la República a un mismo funcionario. Pineda, asegura que la diplomacia venezolana está desprofesionalizada y desnaturalizada. Considera además que Venezuela se ha convertido en una “gladiadora” de las relaciones internacionales


La claridad del jardín trasero que se ve desde la sala de reuniones de su oficina, es igual o parecida a la claridad de las respuestas con las que Julio César Pineda contesta a cada una de las preguntas que se le formulan. El ex embajador de Venezuela, internacionalista y columnista no titubea al responder. Se sienta y se cerciora de que la conversación se está grabando. Acerca el grabador hacia su puesto. No hay manera de que su voz no sea escuchada, mucho menos cuando sus palabras analizan de manera sencilla pero profunda, las relaciones exteriores de Venezuela.

“La nuestra es una diplomacia primitiva, rupestre. Creo que es la peor diplomacia de América Latina en este momento”, opina el abogado egresado de la Universidad Central de Venezuela. Su experiencia de 30 años como ex funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores le da pie para asegurar, sin dudarlo, que el actual servicio diplomático venezolano “es poco serio y responsable”. Insiste que el Presidente Hugo Chávez se ha quedado muy solo. “No hemos sido considerados para cargos importantes en la ONU, aspiramos el Consejo de seguridad y no llegamos”.

Nicolás Maduro es el nuevo Vicepresidente de la República y continúa ocupando la Cancillería. Esto ha hecho que muchos se pregunten si esto es posible en el marco de la Constitución Bolivariana. De hecho la constitución no lo prohíbe ¿Podría un solo funcionario ocuparse de las tareas interiores y exteriores de un país al mismo tiempo?
 Las constituciones norman las funciones de los miembros del ejecutivo. En este caso efectivamente no hay contradicción entre ser Vicepresidente y Canciller. Normalmente nadie nombra a un Vicepresidente Canciller porque la Cancillería es un cargo de tiempo completo. El Canciller,  por naturaleza, tiene un cargo exclusivo y único porque más que estar en el país, está en el exterior. Esto es contradictorio y desnaturaliza la función de la Cancillería. Ni hará bien (Nicolás Maduro) la vicepresidencia, ni hará bien la Cancillería. 

¿Se trata esto de un vacio en la Constitución de la República?
No, la Constitución no importa porque no lo prohíbe. Pero el hecho de que no lo prohíba no quiere decir que hay que hacerlo. Hay un sentido práctico sobre si es conveniente o no y en esto, el Presidente ha sido poco serio y responsable al nombrar al Canciller como Vicepresidente.

En una entrevista que le realizaron meses atrás, usted decía que muchas veces los gobernantes piensan que son inmortales. Recientemente la prensa internacional ha reseñado mucho sobre la ascensión de Maduro, la confianza que le tiene el Presidente y la posible muerte de Chávez ¿Tiene que ver este movimiento de piezas con la gravedad del cáncer del primer mandatario nacional?
Sí, en gran parte yo creo que Chávez decidió quién lo va a suceder. Maduro es quien lo ha acompañado a la Habana en su tratamiento y es el hombre más cercano a él. El problema es que Chávez, pensando más en la sucesión que en el país, está cometiendo un error al poner a Maduro a su servicio en tiempo completo.

Lula da Silva: “Chávez debe empezar a preparar su sucesión” ¿Cómo interpreta Julio César Pineda estas declaraciones?
Hay dos líneas. Debe pensar que Chávez está muy mal, y por lo tanto, es bueno que tenga a quien dejar su sucesión. En segundo lugar, Lula sabe que un presidente con demasiado tiempo en el poder pierde el afecto popular y que al mismo tiempo eso es negativo para un presidente. Él mismo prefirió no mandar en un tercer período. 

¿Cómo califica el trabajo que ha venido realizando el Canciller  y ahora también vicepresidente de la República, Nicolás Maduro? ¿Bueno o malo?
Hubiera sido mejor si fuera un diplomático de carrera. Para haber pasado de ser un conductor del metro, como dice el Presidente, a desarrollar la Cancillería, no lo ha hecho mal en el sentido que ha sido fiel a Chávez y ha desarrollado la política bolivariana, aun cuando eso no significa que haga buena diplomacia. Maduro, lo ha hecho bien para el Presidente y para su partido, pero mal para la Cancillería de un país democrático y moderno.

Mucho se cuestiona sobre la desprofesionalización de la diplomacia en el país ¿Qué opina usted sobre esto?
Se perdió todo el sentido profesional de la diplomacia. Ya no hay diplomáticos de carrera sino a la carrera. Ya no hay concursos (de oposición para entrar al servicio exterior) por ejemplo. Ahora todos los diplomáticos son militares y miembros de partidos.

¿Cómo está Venezuela en cuanto a sus relaciones exteriores?
Yo creo que está muy aislada del Sistema Internacional. Estamos solos prácticamente, pero viéndolo desde otro ángulo, somos un país petrolero, y por eso podríamos estar acompañados, pero solo por los intereses económicos y no por convicción y fe.

En orden creciente ¿Cuáles son los cuatro estados aliados de Venezuela en este momento?
El primero es Cuba, por razones ideológicas y políticas. Le sigue Nicaragua, Bolivia y Ecuador. Eso que llaman el Alba.

¿Le importa Venezuela a las superpotencias mundiales?
Sí, muchísimo. Pero también Venezuela le importa las superpotencias porque todos los dólares que llegan al país vienen de Estados Unidos, y mucho petróleo de Venezuela va a los Estados Unidos. Chávez critica mucho el imperialismo pero vende y compra al imperialismo.

Según el programa de gobierno 2013-2019 del gobierno del Presidente Chávez, uno de los objetivos es garantizar la paz planetaria ¿Podría Venezuela mediar en el conflicto de Siria, por ejemplo?
Claro que sí. Cualquier país puede mediar y más un país petrolero. El problema es que en vez de mediador, Venezuela se ha convertido en gladiador.

En la pasada campaña electoral, el presidente Chávez dijo que de ganar Obama en las próximas elecciones de Estados Unidos, él apostaba por el “relacionamiento normal” con el gobierno estadounidense ¿Será posible esta normalización de las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos?
El presidente es un hombre folclórico. Juega con la política y cree que el mundo es como Venezuela, donde la política es rural todavía. Nadie cree en lo que él dice a nivel internacional. Por supuesto que él lo dice porque él nunca podría votar por Obama. Sin embargo él quisiera que ganara Obama porque con los demócratas puede haber un poco mas de diálogo que con los republicanos.

¿Qué significa eso de “hombre folclórico”?
Es un hombre de mucha capacidad de trabajo. Tiene esa capacidad de hablar bien, de ser seductor. Tiene una fibra social muy fuerte, pero no tiene la racionalidad de un jefe de Estado. Lo eran Gaddafi y Saddam Hussein. Eran hombres muy poderosos pero muy folclóricos. El poder los enloquece y los transforma. Chávez pasará a la historia y veremos qué se dirá sobre él.