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martes, 16 de diciembre de 2014

Lo que viene en el 2015 para Venezuela en boca de la revolución

Jorge Agobian @jorgeagobian

"Aquí la gente no está para pedir"



La ministra de Comunicación e Información del gobierno, Jacqueline Faría, aseguró en entrevista en VTV que en el 2015 se acabará con "el pueblo de la pedidera".

"Problemas hay y van a haber más problemas"



El presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, dijo en su programa de televisión del miércoles 11 de diciembre que el año 2015 será de unidad, integración y "avance". Con esos tres elementos planteados aseguró que les permitirá "derrotar nuevamente a la fuerza de la derecha imperial y al fascismo en Venezuela". También sentenció que "la derecha no va a entender nunca hasta dónde estamos dispuestos a llegar".

"Problemas hay y van a haber más problemas, estoy casi seguro, porque la derecha no descansa, el imperio norteamericano no descansa, ni va a descansar. Nosotros debemos revestirnos de mucha fortaleza, ponernos un escudo, el escudo protector de Chávez, de su moral, de su ética, de su pureza para enfrentarnos a los adversarios internos y externos”, dijo.

"Derrotaremos la mafia criminal"



"Me verán ustedes recorriendo las fábricas, los campos y la frontera para derrotar a la mafia criminal que le ha metido una guerra económica a nuestro pueblo", expresó el presidente Nicolás Maduro en un acto de masas realizado el 15 de diciembre en Caracas.

"Una reunión de emergencia"



"Venezuela está evaluando la posibilidad de pedir una reunión de emergencia de la Opep, dependiendo de cómo se comporten los precios del petróleo en el primer trimestre del 2015", dijo el ministro de Relaciones Exteriores, Rafael Ramírez desde un encuentro realizado en Perú. La emergencia se debe al descenso cuantioso del precio del petróleo venezolano en los últimos meses.

Pese a eso, en una entrevista ofrecida a Diario Panorama, Ramírez aseguró sentirte muy optimista. "Yo soy muy optimista para el 2015 porque tenemos los elementos para superar cualquier coyuntura".

"Un ajuste al Sicad II"



“Vamos a hacer un ajuste que, en el momento en que esté listo lo anunciaré, en Sicad II, un ajuste, porque vamos a incorporar nuevos elementos que puedan dinamizar ese mercado. Nosotros atendemos el mercado priorizado a través de Cencoex a 6,30; que se mantiene de esa forma, ¿para qué? Para medicinas, alimentos y elementos prioritarios del país”, expresó el presidente Nicolás Maduro en entrevista con el periodista José Vicente Rangel.

"El año del no retorno"



En un artículo publicado en Aporrea.org por el gobernador del estado Barinas y hermano del expresidente Hugo Chávez, Adán Chávez, expresó que el 2015 será el "año definitivo" que llevará a Venezuela a la "irreversibilidad" del proyecto socialista y revolucionario.

"Si continuamos unidos, unidas, con confianza en el futuro, con esperanzas de mantener el bienestar social que hemos obtenido y que no puede negarse, con los programas y misiones de la Revolución, el año 2015 será el año definitivo para derrotar la guerra económica, tal y como lo ha señalado el camarada presidente obrero Nicolás Maduro; y el año decisivo para el inicio de la fase que nos llevará al punto de no retorno, a la irreversibilidad de nuestro proyecto socialista, bolivariano y chavista", expresa en su artículo.

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lunes, 15 de diciembre de 2014

5 razones por las que los venezolanos no olvidarán el 2014

Jorge Agobian | @jorgeagobian

A Mónica Spear, Miss Venezuela 2004, y a su esposo de origen británico, Thomas Henry Berry, les costó la vida regresar a Venezuela. El lunes 7 de enero a las 10:30 de la noche, cuando retornaban a Caracas tras visitar varios estados del país, cayeron en un hueco en el kilómetro 194 de la autopista Valencia-Puerto Cabello, producto del mal estado de la vialidad en Venezuela. Luego de que un gruero les prestara ayuda y estuvieran a punto de continuar su rumbo hasta la capital, cinco hombres armados se acercaron y dispararon a Berry en el pecho, a Spear en la cabeza y a la hija de la pareja en la pierna izquierda. Los dos primeros murieron. La niña sobrevivió y hoy es huérfana de padre y madre.

No fueron las únicas víctimas que fueron asesinadas este año mientras recorrían “el destino más chévere”, eslogan que utiliza el Ministerio del Turismo de Venezuela para promocionar el país internacionalmente. Al menos otros cuatro turistas extranjeros fueron ultimados en territorio venezolano en 2014.
Un golpe de Estado fascista continuado, una agresión imperial que quiere acabar con la revolución y con la democracia”, fue como el presidente Nicolás Maduro definió el 24 de febrero de 2014 las protestas que iniciaron en Venezuela el Día de la Juventud, cuando miles de estudiantes salieron a las calles a marchar. Otros, sí, salieron atendiendo el llamado a “La Salida” de Leopoldo López, que le costó su propia libertad desde el 18 de febrero. El denominado “Golpe de Estado” se tradujo en verdaderos golpes a quienes manifestaron su rechazo al gobierno de Maduro entre febrero y marzo de este año. Golpes y torturas que recibieron más de 3 mil estudiantes, hombres y mujeres, según cifras presentadas ante la ONU por el Foro Penal Venezolano.

Mirvinia Jiménez, por ejemplo, fue brutalmente golpeada por funcionarios de la Guardia del Pueblo en Valencia. Imágenes de un video grabado en La Isabelica jamás serán olvidadas por quienes creen que la Guardia Nacional Bolivariana cometió excesos en la pacificación de los protestantes. Jiménez tampoco olvidará cuando otra mujer, funcionaria del Estado, se le montó encima, se quitó su casco y se lo sacudió dos veces por la cara. Sin embargo, lo que otros venezolanos recordarán de estos sucesos, será que un pequeño grupo de opositores "chukys", "fascistas", "pagados por el Departamento de Estado de Estados Unidos", intentó derrocar sin éxito la Revolución Bolivariana. Al final, todos recordarán los duros golpes del "Golpe".

Tampoco olvidarán que al menos 69 compatriotas siguen tras las rejas de las turbias cárceles venezolanos por protestar.
Los 41 hijos muertos de Venezuela durante las protestas de febrero de 2014, aún se lloran. Jóvenes, adolescentes y militares. Rojos y blancos: el mestizaje no importa. Venezuela es la madre que perdió a sus hijos y espera agobiada por la justicia de sus instituciones desgastadas.

Los venezolanos no olvidarán que Bassil Da Costa, el primero en caer el 12 de febrero de 2014, salió a marchar "sin miedo de nada, con la esperanza de encontrar un mejor futuro". Así lo escribió en la que fue su última publicación en Facebook el 11 de febrero a las 6:49 de la tarde. Tampoco olvidarán a Génesis Carmona, la Miss Turismo Carabobo 2013, ni a los otros 39 venezolanos que cayeron por defender un ideal.
En diciembre de 2013, el mercado paralelo (ilegal) de divisas que se maneja en Venezuela como vía alterna al control de cambio instaurado desde 2003 en el país, ofertaba el dólar estadounidense en 64,23 bolívares. A esta fecha, casi culminando el año 2014, el “dólar negro” se cotiza en 180 bolívares, 111 % superior al precio de diciembre de 2013. Los venezolanos no olvidarán del 2014, el año en el que para comprar un billete de 1 dólar, necesitaron más de un billete de la más alta denominación en Venezuela.
Los precios del petróleo venezolano cayeron y con ellos también se desplomó la sobreestimación de la llamada "riqueza negra" de Venezuela. El "oro negro" ha dado preocupaciones a los venezolanos este año: hasta el 8 de diciembre se ubicó en 60,55 dólares por barril. El gobierno y su empresa estatal, Pdvsa, también están agobiados por la situación, pues experimentan la tercera mayor caída de los últimos 50 años.

Mientras tanto, el presidente Nicolás Maduro asegura que: "Venezuela tiene, hoy por hoy, un bloqueo financiero para impedirnos acceder al financiamiento que necesitamos para superar parte de la merma del ingreso petrolero".

No sabemos si desear un feliz año 2015. Solo esperemos, y si lo hacemos, que sea lo mejor.

domingo, 7 de diciembre de 2014

Investigación: "Raspacupos" no pararon en el 2014 (parte I)

Jorge Agobian @jorgeagobian

Pese a las medidas anunciadas desde septiembre del año pasado por el Gobierno y la extinta Comisión de Administración de Divisas, Cadivi, un número de venezolanos siguió viajando al exterior con la intención de “raspar” el cupo de divisas otorgado por el régimen cambiario venezolano con motivo exclusivo de viajes de turismo en el extranjero.

Este año los “raspatarjetas” se impusieron ante todo tipo de obstáculos: desde la restricción de destinos, la falta de boletos aéreos, el aumento del precio del dólar oficial, hasta el miedo que debió sembrar la aparición de listados de ciudadanos para declarar el uso correcto de las divisas utilizadas ante el Cencoex. Pese a las dificultades, los riesgos y el conocimiento de las leyes, la práctica siguió este año 2014.

El presidente Nicolás Maduro expresó en septiembre del 2013 que para este año irían "duro" con los cómplices que están "saqueando" y "desangrando" a la nación. A esas y otras declaraciones de funcionarios del Gobierno pareciera que tampoco hicieron caso los llamados "raspatarjetas".

El 24 de enero de este año la Gaceta Oficial N. 6122 estableció un monto inferior al de 2013 para las solicitudes de divisas con ocasión de viajes a 7 países de Latinoamérica y el estado de Florida, en Estados Unidos. Contra esto combatieron los “raspacupos”: cesaron los viajes a Miami, Aruba, Panamá, Costa Rica y Perú, destinos en los que la práctica ilícita fue desmantelada el año pasado, pero consiguieron rumbo a países como Argentina, Ecuador y Brasil, donde según la investigación realizada los venezolanos viajarían este año a "raspar" sus cupos.

En Argentina, por ejemplo, se ubicaron dos direcciones donde al parecer se realiza el ilícito. Anabel Cupos y Venetravels Cadivi Buenos Aires cuentan con perfiles en Facebook, direcciones físicas y teléfonos donde contactarlos.

En el caso de Venetravels Cadivi Buenos Aires, quienes en su perfil de Facebook aseguran que tienen "cinco años de experiencia", se mueven de la siguiente manera: ofertan paquetes turísticos ficticios a los venezolanos con el fin de obtener las divisas y por ello cobran el 24 % de comisión. Como comprobante le entregan a los "raspatarjetas" el efectivo (dólares americanos) y una factura "por la compra de una laptop, cámara, Mp3, etc", según detallan.

Para esta investigación se realizó una llamada al número que aparece en Facebook y efectivamente la información suministrada en la red concuerda con la que ofreció un hombre a quien se le pidió su nombre y se negó, colgando la llamada. Sin embargo, aseguró que estaban  "full de clientes".


En el perfil de Facebook además indican que a través de la cuenta Twitter de @JulioBsAsArg, se puede solicitar toda la información. En la búsqueda, este es el perfil que aparece.


En Brasil cómo raspan cupo

Una publicación de un usuario de Facebook en el perfil de la cuenta Tu Lechuga Verde en enero de este año en la que solo escribió: "RASPA TU CUPO EN BRASIL SAO PABLO", desató 107 comentarios de personas que pedían mayor información porque tenían viajes planificados a Brasil este año con el objetivo de obtener las divisas en efectivo.


De igual manera, en la búsqueda realizada en diferentes foros en la web, se encontró el siguiente anuncio. El usuario Felix publicó en el mes de noviembre información sobre cómo obtener el efectivo en Manaos, Brasil. Más que una información, el anuncio es una oferta para los venezolanos que estén interesados en incurrir en el delito.


En Miami tampoco se detiene

En Miami, Florida, todavía existen oficinas y personas que realizan este tipo de prácticas. Por supuesto, también existe quien conociendo la Ley de Ilícitos Cambiarios, sigue apostando a cometer el delito (3 a 7 años de prisión estipula la ley).

En una publicación gratuita que se distribuye en varias ciudades de Miami, incluso en Orlando, se consiguió un anuncio publicitario que promueve el negocio ilegal para los ciudadanos venezolanos. La oferta no solo es para quienes quieran "raspar" su cupo en Florida, sino que también se extiende a Atlanta (Georgia), donde el monto asignado por el Cencoex es de 2500 dólares anuales.

Además, en un centro comercial de Miami, una tienda deslumbra un anuncio que indica que reciben el pago con cupos electrónicos otorgados por el Cencoex, anteriormente Cadivi.

lunes, 18 de agosto de 2014

Divisas estudiantiles son una lotería de pocos ganadores


Adriana Tabares debió haber tomado el pasado lunes el avión que la llevaría a estudiar inglés en Atlanta, Estados Unidos, pero no lo hizo. Hasta el viernes antes de su viaje estuvo esperando, con los dedos cruzados, que el Cencoex, anteriormente Cavidi, le enviara el correo de aprobación de las divisas que solicitó en mayo de este año. Pero no recibió nada y aún sigue sin obtener respuesta.

La joven es una de las tantas personas que visitan cada mes, e incluso cada 15 días, la sede el Cencoex en Caracas para pedir información sobre el estatus de sus solicitudes. Allí se encuentra con otros muchachos y padres que cargan en sus manos carpetas que denotan en el membrete “Solicitud de Estudiantes”.

Adriana se identifica, espera su turno y luego es atendida por un funcionario del organismo que le dirá: “Ahorita están analizando las solicitudes recibidas del 1 al 15 de mayo, la tuya es del 23”. Solo después le pide paciencia, cuenta la estudiante con cierta pereza.

El proceso de aprobación de las solicitudes para estudiantes por parte del Cencoex se está demorando más de dos meses. Esa situación se viene registrando desde enero de este año y es atípica con relación al año pasado, e incluso dos o tres años atrás cuando Cadivi tardaba solo 10 días para informar sobre la aprobación y liquidación de las divisas.

Ahora los estudiantes pasan más de dos meses con la incertidumbre de no saber sobre el estatus de sus solicitudes, contrario también a años anteriores, cuando el organismo informaba a través de correos electrónicos desde el preciso momento en el que el solicitante presentaba las carpetas en el banco, hasta el último anhelado estatus: “Diríjase a su entidad financiera para realizar el proceso de liquidación”.

Es por eso que es común encontrarse en las oficinas del organismo a personas que asisten exclusivamente a “echarle un ojo” a sus requerimientos.

Un rosario de dificultades

Una funcionaria del organismo, quien no quiso ser identificada, comentó que hasta el pasado viernes el orden de análisis iba por las solicitudes recibas hasta el 22 de mayo. Aseguró además que el Banco Central de Venezuela está liquidando las divisas “de a gotas”. Dijo que son precisamente los estudiantes a los que menos se les asignan divisas.

Algunas declaraciones de funcionarios del Gobierno han introducido la idea de “prioridad” según el tipo de actividad académica como factor determinante a la hora de asignar las divisas, sin embargo la decisión no ha sido ratificada y hasta ahora quienes esperan la aprobación se guían tan solo por los mitos.

El presidente de la Comisión de Finanzas y Desarrollo Económico, Ricardo Sanguino, ha sido uno de los que ha hecho esa advertencia. En febrero de este año dijo: “Hay muchos jóvenes que dicen que harán un curso de inglés en Trinidad. No es lo mismo hacer eso, a un estudiante que diga que va a hacer un posgrado en Física Cuántica. Hay una prioridad allí”.

Pero la “prioridad” tanto en la antigua Cadivi como en el Cencoex no es nueva. En abril de 2012, la Resolución N.3147 del Ministerio de Educación Superior delimitó las áreas de formación académica prioritarias para el Estado venezolano que pueden ser costeadas a través de Cadivi.

Una segunda restricción vino en enero de este año, cuando el Cencoex suspendió la aprobación de divisas para estudiantes que deseen estudiar en Florida (Estados Unidos) y Panamá. Luego, en junio, el presidente del Cencoex, Alejandro Fleming, informó que Irlanda se unía también a esa lista. La decisión fue tomada tras la detección de cinco escuelas de idiomas fraudulentas en ese país.

Fleming aseguró en abril de este año, entrevistado por Últimas Noticias, que el organismo está cumpliendo con la liquidación de divisas y que las negaciones no son comunes en las solicitudes de las áreas formales, de pregrado y posgrado, pero advirtió que son recurrentes en los casos de cursos de idiomas.

Sobre ese punto, agentes de ventas de escuelas internacionales consultadas, comentaron que son pocas las aprobaciones que reciben sus clientes, sobre todo quienes desean realizar estudios de idiomas en el exterior.

“Muchos han tenido que cambiar las fechas de sus pasajes y de inicio del curso, y después de tres meses siguen esperando la aprobación”, comentó una fuente del sector.

Una de las opciones que le dan a los jóvenes y a sus padres es que realicen el pago (en dólares) de por lo menos un mes del curso por cuenta propia, pero comentan que son muy pocos los que aceptan ese método y que la mayoría termina desistiendo de estudiar en el extranjero.

Recurren al Sicad 2

Haydee González, madre de Adriana, comenta que ha hecho muchas amistades en las oficinas del Cencoex. “Hay madres que van allí a suplicar que les liquiden los dólares a sus hijos que estudian afuera porque no tienen ni para comer”.

Ese es el caso de la señora Mónica, quien tiene a su hija estudiando desde hace 4 años en Bogotá, Colombia, y está a punto de perder el último año de la carrera porque la universidad no ha recibido el pago por parte del Cencoex. “No sabes lo que he llorado con esta situación. A mi hija le dieron chance hasta el 30 de agosto para cancelar la matrícula (4 millones y medio de pesos colombianos), si no la bloquearán y perderá el año”, dijo.

Aunque recurrir a las subastas que ofrece a diario el Sicad 2 es una opción, la madre comenta que no es justo tener que hacerlo. “Es la primera vez que pasa esto; siempre le liquidaban el dinero a tiempo y sin problemas”. Señaló que desde enero de este año está viviendo ese drama.

La señora Mónica visita cada 15 días las oficinas del Cencoex desde el mes de junio para exigir una respuesta. Comenta que lo último que le dijo una funcionaria del organismo fue que se trajera a su hija a Venezuela porque no le aseguraban la liquidación inmediata de los 2200 dólares que necesita para cancelar la matrícula.

“Lo que haré ahora es viajar a Cúcuta para abrir una cuenta en un banco de allá, regresar y subastar en el Sicad 2, pero ahora hay problemas para pasar a la frontera y se me complica todo”, dijo.

El monto de la matrícula de la hija de Mónica a tasa preferencial (6,30) son 13.860 bolívares. Pero si acude a la subasta del Sicad 2, cuya tasa se pasea por los 50 bolívares, deberá pagar más de 100 mil.

Las voces (o los gritos) de los estudiantes

“Ya el avión me ha dejado dos veces”

Ana Torres ganó, como otros 35 estudiantes de la Universidad Central de Venezuela, una beca para realizar un diplomado en una universidad europea en abril de este año, pero tampoco pudo viajar. En marzo entregó su carpeta al banco y solo recibió un correo del Cencoex tres días después de la fecha de partida. Le informaban que su solicitud había sido negada por incumplir los lapsos de gestión.

En esa oportunidad, comenta Ana, solo a tres de los quince que viajarían le aprobaron la solicitud: “uno de ellos es familiar de un funcionario de alto cargo en el gobierno. Con su ayuda logró que le aprobaran a él y a sus amigos”. Sin embargo, a pesar de tener la aprobación no pudieron viajar porque el resto (sus otros doce compañeros) no obtuvieron las divisas.

“Después de eso se iniciaron las gestiones para ver si teníamos chance de hacer el curso en otra época del año. La universidad nos dio la oportunidad de hacerlo en verano, por lo que hicimos nuevas solicitudes y tomamos nuestras previsiones, considerando el motivo de rechazo de la última vez”, explica la estudiante.

El 30 de julio debió haber tomado nuevamente el avión, pero esta vez tampoco lo hizo porque incluso hasta la fecha no ha recibido ninguna notificación del Cencoex que le apruebe o rechace la solicitud. La estudiante se siente desesperanzada. No cree que la universidad europea les permita realizar el diplomado tras haber fallado dos veces con el pago. Pero aún espera el correo.

“Me negaron las divisas y mi carrera está en la lista de áreas prioritarias”

José estudia en la Universidad Simón Bolívar. Él y otros 15 jóvenes tienen planeado viajar a Francia como parte de un convenio bilateral firmado por la USB y el INSA, en Lyon, para cursar materias de pregrado de Ingeniería de Producción durante un año. En julio introdujo ante su operador cambiario la solicitud de divisas, pero tres semanas después recibió un correo que le notificaba la negación de su requerimiento.

“Para el otorgamiento de la Autorización de Adquisición de Divisas a que se refiere la presente providencia, la Comisión de Administración de Divisas (CADIVI) valorará la disponibilidad de divisas establecida por el Banco Central de Venezuela y al ajuste a los lineamientos establecidos por el Ejecutivo Nacional”, explicaba el correo electrónico mostrado por José con cierta impaciencia.

El siguiente paso, comenta el joven, es introducir un recurso de reconsideración, tal y como se lo explicó un funcionario del organismo, pero dice sentirse desesperanzado de recibir una respuesta diferente.

“Tengo una amiga de la universidad que va en el mismo programa de intercambio a otra universidad en el exterior y se la negaron por la misma razón que a mí. Son varios los estudiantes de la USB que participan en el programa de intercambio de pregrado. Varios han hecho ya sus solicitudes, pero aún no sé de nadie a quien se la hayan aprobado”.

José habría tomado el avión hace una semana y ahora estaría el Instituto Nacional de Ciencias Aplicadas, en Lyon, la tercera ciudad más poblada de Francia. Pero la lotería de divisas no estuvo a su favor. “Me molesta la vaga respuesta de Cadivi, y más aún porque lo que vamos a hacer nosotros no es un curso de inglés, nuestras carreras están en la lista de áreas prioritarias de formación y además es sólo un año, no nos vamos a quedar viviendo allá”, reclama.

“Me cansé de esperar y decidí viajar como turista”

Raúl Ledezma tenía pensado estudiar inglés en Canadá por seis meses. En febrero comenzó el riguroso papeleo: solicitar las cartas de aceptación de la escuela, traducirlas a español, solicitar la constancia de residencia, entre otros de los tantos requisitos exigidos por el Cencoex para realizar la solicitud de las divisas.

Faltando dos semanas para la fecha de partida declinó la solicitud tras haber esperado por dos meses y medio el correo de aprobación y liquidación. “Me cansé de esperar, y lo que oía era que no estaban aprobando dólares para estudiantes. Si esperaba hasta el final iba a perder el pasaje, por eso decidí viajar a Canadá como turista”, comenta el joven.

Tras desistir de estudiar inglés en el exterior, realizó la solicitud de divisas para uso de tarjeta de crédito y efectivo para viajeros. “En menos de cinco días ya tenía el cupo aprobado”, asegura.

Comenta que perdió parte del dinero que había invertido para realizar su curso, porque la empresa no devuelve el monto de inscripción y depósito realizados al principio del proceso. Sin embargo, dice estar tranquilo porque cree que más iba a perder si el avión lo dejaba por no haber recibido la aprobación a tiempo.

viernes, 11 de julio de 2014

La desesperanza va a la universidad

Universidad Central de Venezuela. Foto: http://imagenfinal.net

Jorge Agobian | @jorgeagobian

Daniela Ramírez estudia en la Universidad Central de Venezuela. Hoy entra a sus dos clases, hace anotaciones en su cuaderno, revisa guías y libros que debe leer, pregunta sobre las asignaciones y entrega otras a sus profesores. Es la estampa de una buena estudiante. Veintes, dieciochos, diecinueves. Del primer semestre al octavo, en el que se encuentra ahora, sus calificaciones no bajan de 17. La excelencia académica en la universidad que “vence las sombras”.

Pero hoy, Daniela, de 22 años, al salir de sus clases va al rectorado. Quiere solicitar sus notas certificadas (de primero a octavo semestre) para “tenerlas por si acaso”. La estudiante quiere asegurar y blindar su último año en la universidad, y quizás también en el país. Además va recolectando los programas de todas sus materias y archivándolos en una carpeta que contiene los documentos requeridos para que la licenciatura venezolana tenga validez en otros países.

En un año, según la programación académica, Daniela debería estar graduándose. Toga y birrete, título universitario, certificación de notas. Y luego al ministerio de Educación Superior a apostillar su título, porque su plan es irse del país.

“El panorama es super oscuro. En el campo laboral se cierran las puertas y los espacios. La capacidad de ahorro es imposible, una persona licenciada gana más trabajando en tiendas, o teniendo un taxi, que ejerciendo su profesión…” Así va contando las razones por las que piensa lanzar el birrete al cielo y después tomar vuelo hacia otro país.

Cuando comenzó su carrera en 2010, cuenta que todo era distinto. “Venía con la emoción de ser universitaria, de graduarme, de conseguir un trabajo, de tener mi carro, mi casa...”. Ahora siente que su sueño es frustrado por “la situación desfavorable” que vive el país.

En el camino se fue desanimando de ejecutar su propio plan de vida en Venezuela. Daniela, quien ya a esta hora (después de siete horas en la cola) tiene sus notas certificadas, comenta que al principio pensaba irse fuera del país a hacer estudios de posgrado y luego regresar. “Pero en los últimos dos años he cambiado totalmente la manera de pensar”, dice quien ahora ve en el exterior su próximo lugar de residencia, su campo laboral y quizás su vida familiar.

Al mismo tiempo que Daniela va adelantando los trámites para certificar sus notas, en la oficina de la Dirección de Relaciones Consulares del Ministerio de Relaciones Exteriores, situada frente al Banco Central de Venezuela, hay inmensas hileras humanas para apostillar los títulos universitarios. Algunos amanecen afuera para poder hacer el trámite.

Todos los días Daniela va a la universidad, aunque su plan es claro. “Uno va todos los días porque hay que ir, porque ya me monté en este tren y ya casi termino, pero las conversaciones con los compañeros es la misma: casi todos pensando en irnos”.

Para ella el problema y la causa de su decisión de emigrar no es el gobierno ni la política, que también le aturde, sino la “descomposición social”. “No sé desde cuándo, pero la sociedad venezolana se convirtió violenta, resentida, gritona”, comenta mientras su ceño se aprieta. Y a continuación le hace una radiografía a la sociedad: “los venezolanos son los vivos que se empujan en el metro, los que arman un escándalo para comprar un paquete de harina o café, los que vivimos en una cola para todo y los que vivimos con miedo hasta en el campus universitario”.

Mientras habla su cara denota desánimo y asoma la tristeza. Dice que subsanar todo eso es muy difícil para ella y por eso ha decidido irse y asumir el riesgo de la inmigración. En un año y medio será su graduación y mientras tanto analiza los campos laborales en distintos países. La decisión pareciera que ya está tomada.

“No es un capricho querer irse”


Ramón Barreto también estudia en la Universidad Central de Venezuela. Su graduación está a la vuelta de dos semestres y la presentación de tesis. Tiene 21 años y desde los 18 trabaja en áreas asociadas a su carrera (Comunicación Social).

Siempre ha tenido en mente lograr independizarse, alquilar un lugar para vivir, pero comenta que el mayor intento de independencia fue hacer un viaje al exterior el año pasado y ya este año “es imposible” para él. 

Como joven, comenta, se ha restringido, ha destinado el fruto de su trabajo para pagar el transporte público y otros pocos gastos. Esas son algunas de las razones de su desánimo, las cuales comenta en conversaciones con sus compañeros de clases.

“La inseguridad me hace pensar hasta siete veces antes de salir. Si lo hago es un absoluto acto de rebeldía y porque aún, como muchos otros, luchamos porque este país y todas sus dificultades no terminen por llevarse los contados años de juventud que ni este gobierno, ni los futuros, ni ningún exilio, nos podrán devolver”.

Mientras Ramón asiste todos los días a la universidad, va tejiendo redes y buscando universidades y trabajos en el exterior que no requieran tanto papeleo “para salir a la brevedad”. Sin embargo, su emigración es condicional: dice que si consigue una “gran oportunidad” en Venezuela no la desaprovecharía.

“No creo que sea capricho querer buscar horizontes afuera, porque estaría dispuesto a hacer cosas con menor calificación en caso de que tenga que salir del país”, dice.

Cuando grite “U,U,UCV” en el aula magna y la emoción del logro lo invada, quizás ya habrá decidido.

“Hay que decidir entre el país y uno mismo”


Jesús Díaz estudia ingeniería electrónica, tiene 20 años y cursa el sexto semestre de la carrera. Hace dos años, cuando ingresó, pensaba que estudiaría la carrera que le daría el dinero necesario para vivir bien. “Uno siempre ha creído que ser ingeniero es sinónimo de comodidad y dinero, pero luego te das cuenta de que hay muchos manejando un taxi por ahí”.

Comenta que su papá también se graduó de ingeniero y pudo levantar a su familia y darles todo lo que hasta ahora tienen, pero asegura que eran otros tiempos. “Yo quisiera hacer lo que hizo mi papá: se graduó, trabajó, compró carro, casa, se casó, tuvo tres hijos, pero ahorita todo eso es demasiado difícil”.

Jesús estará estudiando durante al menos dos años y medio más para lograr su título universitario, pero a estas alturas, ya se pregunta si es mejor estudiar o trabajar. Entonces responde automáticamente que las dos cosas. “Aunque uno vea que va a ser taxista, se debe seguir estudiando porque tengo más oportunidades si estudio”, dice.

No descarta la opción de emigrar en el momento que obtenga su título universitario, pero dice que no es una decisión fácil, pues su plan de vida lo tiene hecho en Venezuela. “Uno vale en su propio país, en otro uno no vale tanto. Pero también uno debe decidir entre el país o la vida y la comodidad de uno mismo, que hasta ahora es más posible en otro lugar”. 

sábado, 28 de junio de 2014

Crónica de un apagón sin gasolina

A las 3:00 de la tarde del 27 de junio de 2014 sucedió que la Gran Caracas y en otras ciudades de 11 estados del país se bajó el suiche de electricidad. Una vez más entendimos que la vida cotidiana sin electricidad es una locura, que una sola cosa nos puede poner de cabeza. La falla en La Arenosa perjudicó a todo y todos: el tráfico, a los comerciantes, a los medios de comunicación, a las líneas telefónicas y a mí, que me ocurrió algo particular con la gasolina de mi carro.

Un “¡aaaay!” se escuchó en todo el centro comercial Sambil de Caracas. Todo quedó oscuro. El estacionamiento no tenía lugar para colores. Unas lucecitas blancas que salían de los celulares de los demás parecían estrellas. Era como un cielo con luceros, solo que no era el cielo, era la oscuridad.

Cuando salí del estacionamiento me encontré con que las calles no eran solo el lugar por donde transitan los carros y las motos, miles de motos que hay en Caracas. La gente también caminaba por el medio de la vía. Al instante entendí que el municipio Chacao se había quedado sin luz y Caracas sin Metro, y las calles sin semáforos, y la gente había sido retirada de sus trabajos, y las estaciones de servicio sin gasolina. ¡Sin gasoliiiinaaaaaaa! Tenía poco menos de un cuarto de tanque de gasolina. No había luz, había cola, no había gasolina. Entré entonces en pánico.

El tráfico era desesperante. La cola no avanzaba, pero la aguja que marca el nivel de combustible de mi carro no trabaja con luz, trabaja con eso, con gasolina, y se agota, como se agotaba mi paciencia.

Cuando al fin llegué a la estación de servicio de La Castellana, casi frente a la estación del Metro de Altamira, me estacioné más pegado al surtidor que nunca antes.

─Señor, ando seco (de gasolina). ¿Tendrá gasolina?

─ Gasolina sí hay… lo que no hay es luz, y entenderás que si no hay luz no hay gasolina, pero sí hay gasolina, solo que no hay luz, dijo sonreído. Y se fue.

Entendí perfectamente su trabalenguas y quise también reírme de su chiste, solo que si no había luz, tampoco había gasolina, por ende, tampoco podía llegar a mi trabajo, que estaba a varios kilómetros desde Altamira. Por lo tanto nada me daba risa. Decidí quedarme ahí, a esperar.

Apagué el carro y comencé a observar a mi alrededor. Gente como granos de arena en el mar.  Autobuses atiborrados de pasajeros, con gente guindando de las puertas. Lo ilegal era normal, era entendible. Y más gente pasaba a pasos rápidos. Y las caras ceñidas, malhumoradas. Y gente que llegaba a la estación de servicio preguntando si había gasolina y el señor respondiendo con el mismo chiste del que creo, nadie se rió.

De repente en medio del desastre (porque fue un desastre), un grupo de mujeres y niños de todas las edades pasaron cantando: “No hay Dios tan grande como tú, no lo hay, no lo hay”. Y al rato, un grupo de muchachos pasaron gritando consigas, diciendo que tenemos patria.

─ Mijo, ya aquí no hay nada que hacer, nos mandaron a irnos a nuestras casas-  me dijo el señor, esta vez sin gracia, mientras con una cadena aseguraba los pistones de gasolina.

 ─ No, señor, no se vaya. Yo no puedo rodar, no tengo nada de gasolina, vea –prendí el carro y le mostré la aguja de mi tablero- quédese, por favor. Saqué un billete de 100. Accedió y se quedó.

Sobrevivencia o nada. Pasaron varios minutos, ya era normal ver a tanta gente caminando, a tantos en mi misma situación preguntando si había gasolina. Se acerca de nuevo el señor y me dice que se va, que me devolvería mi dinero. “Por favor, señor, 20 minutos más, tome”, le entregué otro billete marrón.

En el fondo una luz roja. Había prendido la luz de un semáforo. Había llegado la luz. “Gracias, Dios, qué bello eres, gracias mi Dios”.

La aguja de combustible subió a “full” y ese día, el 27 de junio de 2014, cuando media Venezuela se quedó sin luz, pagué el costo real de la gasolina.

Evidencia






lunes, 2 de junio de 2014

La vida de Maduro en el borde de 10 planes de magnicidio


JORGE AGOBIAN | @jorgeagobian

Desde que el presidente Nicolás Maduro tomó posesión de su cargo el 19 de abril de 2013, se han hecho públicas siete denuncias sobre supuestos planes magnicidas en su contra, todos provenientes de Colombia y Estados Unidos, según ha alegado el Gobierno. En tres de ellos estaría implicado el ex presidente colombiano Álvaro Uribe Vélez.

La primera de las denuncias la realizó el propio Nicolás Maduro, catorce días después de su juramentación como presidente electo de Venezuela, y la última fue realizada el pasado miércoles 28 de mayo por el Alto Mando Político del Gobierno.

Sin embargo, antes, siendo vicepresidente, ya Maduro alertaba sobre planes conspirativos en su contra, al menos en tres oportunidades.

Entre las seis acusaciones que ha hecho el mismo presidente venezolano durante su primer año de mandatado, ha advertido sobre la contratación de sicarios para que ejecuten planes criminales, la gestación de golpes de estado y hasta intentos de envenenamiento o inducción de enfermedades.

Sobre su seguridad e integridad física ha dicho que su vida tiene valor y ha resaltado que se cuida. Por ejemplo, en una intervención que tuvo en marzo de este año en un acto con las Fuerzas Armadas Bolivarianas, dijo: “Yo no voy a decir que mi vida no vale nada, claro que vale, pero si algún día ellos ejecutaran ese plan, nuestro plan bolivariano debe continuar en las calles haciendo revolución”.

Algunos meses atrás, el 28 de agosto de 2013, aseguró que de lograrse un complot que atente contra su vida, esa acción despertaría al pueblo y provocaría “una guerra civil”.

Revolución en la mira

Durante el gobierno del ex presidente Hugo Chávez, se reportaron 63 planes de magnicidio en su contra, 22 de ellos anunciados por el propio presidente, según una reportaje publicado por Últimas Noticias el 2 agosto de 2013.

En esa investigación (obtenida del archivo de este diario desde 1999), resaltan como los funcionarios y personajes ligados al gobierno que más han denunciado, el periodista José Vicente Rangel, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, el ministro de Interior, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez Torres y el alcalde del municipio Libertador, Jorge Rodríguez, precisamente quienes también han liderado las denuncias durante el mandato de Nicolás Maduro.

En el caso de Diosdado Cabello, además de realizar las denuncias, también ha sido alertado durante los últimos dos años por presuntas conspiraciones en su contra. Según la investigación realizada, en al menos cinco de los diez anuncios del Gobierno sobre ataques, estaría incluido el diputado. En dos de esos cinco fue él mismo quien dio a conocer la información.

Contra Hugo Chávez

En tres ocasiones, Nicolás Maduro hizo denuncias sobre atentados contra la vida del ex presidente Hugo Chávez. La primera fue en 2007 (28 de noviembre), cuando ocupaba el cargo de Canciller de la República. En esa oportunidad indicaba que la CIA y el canal CNN encabezaban la “Operación Tenaza” que buscaba matar al presidente Chávez.

La segunda advertencia la realizó el 1 de junio de 2009, cuando denunció a través de VTV que el presidente Hugo Chávez sería asesinado en El Salvador durante la toma de posesión de Mauricio Funes.

La tercera fue el 5 de marzo de 2013, horas antes del anuncio de la muerte de Hugo Chávez.

“No tenemos ninguna duda, llegará el momento indicado, en el que se pueda conformar una comisión científica para comprobar que el comandante Chávez fue atacado con esta enfermedad. Los enemigos históricos de nuestra patria buscaron el punto para dañar la salud de nuestro comandante”, expresó el para ese momento vicepresidente de Venezuela.

Alertas a la oposición

El presidente Nicolás Maduro no solo ha sido fichado para supuestos ataques magnicidas, los cuales ha denunciado oportunamente, sino que también ha alertado a la oposición venezolana sobre presuntas agresiones a sus líderes políticos.

El 17 de marzo de 2013, tras tan solo doce días de la muerte del presidente Hugo Chávez, Maduro aseguró en el programa José Vicente Hoy, del periodista José Vicente Rangel, que existían planes para ultimar a Henrique Capriles Radonski, quien sería su oponente en las elecciones que se disputarían el 14 de abril de ese año.

En menos de un mes, el 6 de abril de 2013, Maduro señalaba precisamente a Capriles Radosnki como presunto cómplice de planes que querrían acabar con su vida.

La segunda vez que lo hizo fue recientemente, el pasado 17 de febrero, cuando alertó que “la ultraderecha” estaría buscando la salida de Leopoldo López a través de un magnicidio. “Quieren provocar una tragedia y echarnos al culpa a nosotros", expresó el Primer Mandatario.
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Cronología de un magnicidio



El 23 de enero de 2013, desde su investidura de vicepresidente de la República, Nicolás Maduro lanzó la primera denuncia sobre magnicidio contra él y el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello. En un acto conmemorativo por cumplirse 55 años del 23 de enero, Maduro anunció que desde hace varias semanas atrás habrían hecho un seguimiento a “grupos que se han infiltrado en el país”, a los que señalizó como “oligarquía”. Esta vez, Maduro no personificó su denuncia. Añadió que “en esas reuniones ellos (‘oligarquía’) dicen hay que sacar del medio al tenientico y al autobusero”.
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El 5 de febrero de 2013, el para ese momento vicepresidente, Nicolás Maduro, reveló detalles de un supuesto plan de asesinato contra él “o el presidente de la Asamblea Nacional”, Diosdado Cabello, que estaría liderado por el excomisario de la Disip, Henry López Sisco, quien es exiliado político y reside desde 2006 en Costa Rica.

"Henry López Sisco está en Costa Rica todavía conspirando para asesinar al compañero Diosdado Cabello o a mi persona, cosa que no lograrán porque estamos en el tiempo de la vida y la victoria", dijo Maduro.

En esa oportunidad, el acusado, López Sisco, respondió al vicepresidente alegando que el supuesto plan era “una mentira más” que servía de “cortina de humo para distraer la atención del pueblo”.
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El 6 de abril de 2013, Nicolás Maduro, quien para entonces era candidato presidencial acusó a su oponente Henrique Capriles Radosnki de estar dentro un plan que buscaba matarlo. “Ellos me quieren matar porque saben que no pueden ganar en unas elecciones libres, como las que vamos a tener el 14 de abril”, dijo.

Elías Jaua, quien ocupaba el cargado de canciller de la República en ese momento, repudió ese mismo día la supuesta existencia de nexos terroristas entre salvadoreños y el candidato Capriles Radonski. Más tarde, en su alocución, Nicolás Maduro señaló a Roger Noriega, ex embajador de EEUU ante la OEA y Otto Reich, ex embajador de Estados Unidos en Venezuela entre 1983 – 1986, como presuntos implicados.
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El 3 de mayo de 2013, el presidente Nicolás Maduro, alertó al país sobre supuestos planes que buscarían “desaparecerlo”, encaminados desde Colombia y Estados Unidos. "Existen planes para desaparecerme, ligados al ex presidente colombiano Álvaro Uribe y a grupos ligados a la derecha venezolana que tiene relación con ex funcionarios de Estados Unidos", dijo.

En esa oportunidad el Primer Mandatario nacional denunció directamente y por segunda vez, al colombiano Álvaro Uribe, Roger Noriega y Otto Reich.
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El 30 de mayo de 2013, Nicolás Maduro denunció que desde Colombia se planearía “inocularle un veneno” que provocaría su muerte.

“Llegó un equipo desde Miami (a Bogotá) junto a (el ex embajador estadounidense) Roger Noriega con un veneno y están preparados para venir a Venezuela a inocularme el veneno a mí. No para que me muera en un día, no, para enfermarme en el transcurso de los meses que están por venir”, expresó.
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El 24 de julio de 2013, Diosdado Cabello denunció un nuevo presunto plan contra la vida del presidente Maduro y la suya. El mensaje de alerta lo dijo desde el Teatro Baralt de Maracaibo durante una Sesión Especial de la Asamblea Nacional.

"En su debido momento haremos las denuncias correspondientes con pruebas contundentes de intentos de magnicidio contra el compañero Nicolás Maduro y contra este humilde servidor", expresó el diputado. 

Cabello amenazó tajante: "¡Ay, que no nos pase nada a ninguno de los dos! Se van a arrepentir toda su vida de que le hagan algo al compañero Nicolás Maduro". Aunque no personificó la denuncia, dijo que “sectores de la derecha” estarían detrás de ese plan.
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El 31 de julio de 2013, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, acusó al cubano exagente de la CIA, Luis Posada Carriles, de planificar magnicidio contra Nicolás Maduro. "Los planes para eliminar físicamente a Maduro están en marcha”, expresó en ese momento el diputado.

Los supuestos implicados eran, según Cabello, Luis Posada Carriles (cubano), el ex presidente colombiano Álvaro Uribe Vélez, a quien calificó como “el principal asesor de la oposición venezolana” y Eduardo Macaya Álvarez, cubano radicado en Miami.

El presidente de la AN reveló también que la supuesta “operación magnicida” se realizaría el 24 de julio de ese año, y que participarían 400 hombres colombianos que entrarían al país por de la frontera en el estado Zulia.

También dio a conocer que la inversión para el ataque fue de más de 2 millones de dólares, y que la misión se llamaba “Plan baby”.

Ese mismo día, en entrevista ofrecida a Telesur, el ministro de Interior y Justicia, Rodríguez Torres, expuso una tesis de magnicidio que, al parecer, nutre la que ya había realizado Diosdado Cabello, pues coincide tanto en la fecha que Cabello había mencionado como presunto escenario para ejecutar las acciones homicidas (24 de julio), como también en la participación de Luis Posada Carriles y Eduardo Macaya en esa supuesta intentona.

Según Rodríguez Torres, estaría además inmiscuido el ex presidente hondureño, Roberto Micheletti, un oficial activo colombiano y un presunto oficial de la CIA. Detalló además que desde el abril de 2013 se estarían reuniendo los presuntos cabecillas.
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El 18 de agosto de 2013, el periodista José Vicente Rangel anunció que desde Estados Unidos y Colombia se gestaba un plan magnicida contra la máxima autoridad del país que sería ejecutada durante las pasadas elecciones municipales de diciembre de 2013.

"La actividad está en manos de personal colombiano y mayamero. Los francotiradores ya fueron seleccionados, y de los cinco aviones del lote adquirido en Estados Unidos que están en bases colombianas controlados por efectivos norteamericanos, hay uno que ya fue artillado y preparado para cuando lo determinen las circunstancias", expresó el periodista en su programa dominical transmitido por Televen.
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El 26 de agosto de 2013, el ministro Miguel Rodríguez Torres informó que a través de un operativo al que denominaron “Carpeta Amarilla”, lograron detener a dos colombianos identificados como Víctor Joan Gueche Mosquera y Erick Leonardo Huerta Ríos, quienes tendrían órdenes de asesinar el presidente Nicolás Maduro.

La detención se realizó el 15 de agosto en un hotel ubicado en la carretera Panamericana que une a Caracas con los Altos Mirandinos, donde se encontraron dos fusiles R-15 con mira láser y una fotografía del presidente Nicolás Maduro, según declaraciones del ministro.

Tres días después el periodista José Vicente Rangel denunciaba supuestos ataques contra la integridad física del presidente Nicolás Maduro, y ocho días más tarde, se realizó el anuncio sobre la detención de los dos sujetos colombianos.

El mismo 26 de agosto, el presidente Nicolás Maduro, volvió a hablar sobre el plan de magnicidio y culpabilizó a la “oligarquía fascista” de estar detrás esos propósitos.

El 27 de agosto, el Ministerio Público logró la privativa de libertad para Joan Gueche Mosquera y Erick Leonardo Huerta Ríos. Y al día siguiente, el presidente de la República, expresó que si se llegase a ejecutar algún plan que atente contra su vida, se desataría “una guerra civil” en el país.
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El 20 de diciembre de 2013, autoridades colombianas capturaron en el sureste de ese país a Alejandro Caicedo Alfonso, alías “Scooby”, de 21 años de edad, quien habría sido acusado en agosto de ese año de planear un magnicidio contra el presidente Nicolás Maduro y el presidente de la AN, Diosdado Cabello.
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El 15 de marzo de 2014, el presidente Nicolás Maduro hizo un llamado al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para que cese la intromisión de ese Gobierno en los asuntos de Venezuela. Aprovechó la oportunidad para enviarle una reflexión al presidente estadounidense.

“Le habla un humilde presidente de Venezuela, a usted le hablo porque es su gobierno quien mantiene a esta oposición de derecha (…) sé que les ha pasado por la mente a los arcones del Departamento de Estado y del Pentágono, proponerte que autorices el asesinato del presidente de Venezuela como medida extrema”, expresó.

Luego advirtió: “si le llega este mensaje (a Barack Obama), debe saber que sería el peor error de su vida firmar la autorización del asesinato del presidente Nicolás Maduro”
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La última de las denuncias sobre supuestos planes de magnicidio se realizó el pasado martes 28 de mayo. El Alto Mando Político del Gobierno nacional, representado por la vocería del alcalde del municipio Libertador, Jorge Rodríguez, acompañado por la Primera Combatiente de la República, Cilia Flores, Diosdado Cabello, Tarek El Aissami, Miguel Rodríguez Torres, entre otros funcionarios, informaron al país sobre las presuntas intenciones de gestar un golpe de estado que “desembocaría” en un magnicidio al presidente, Nicolás Maduro.

Dentro de este “complot” no solo se planearía el asesinato del presidente de la República, sino también el de Diosdado Cabello, Tarek El Aissami y el ministro Miguel Rodríguez Torres.

Las investigaciones “criminalísticas”, según refirió Jorge Rodríguez, involucran como presuntos artífices a la ex diputada María Corina Machado, el ex candidato presidencial Diego Arria, Henrique Salas Romer, el abogado constitucionalista, Gustavo Tarre, y el ex director de Pdvsa, Pedro María Burelli. Incluye además a actores internacionales como Kevin Whitaker, embajador de Estados Unidos en Colombia, el cubano Robert Alonso y el abogado, Ricardo Koesling, quien reside en Miami. Además se vinculó a este supuesto plan magnicida al banquero Eligio Cedeño, quien sería la persona que financiaría los “planes golpistas”.

Las pruebas presentadas por Rodríguez, responden a filtración de correos electrónicos que María Coriana Machado enviaría a los otros supuestos involucrados en la gestación de un golpe de estado y el posterior magnicidio del presidente desde el día 23 de marzo de este año.

“Queda confirmado que no fueron ninguna protestas espontáneas, de estudiantes (las suscitadas desde el 12 de febrero en el país), que fueron eventos violentos, terroristas impuestos en esas fases por estos sectores de la ultraderecha y aparentemente autorizados por este señor (Kevin Whitaker). Aquí tenemos las pruebas de que es verdad”, expresó.

Rodríguez advirtió además que en sus manos reposan una gran cantidad de correos electrónicos sujetos a investigación criminal “que involucran de manera directa a sectores de la ultraderecha venezolana”.

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Publicado el 9 de junio de 2014 en La Prensa de Anzoátegui (Ver publicación)

domingo, 4 de mayo de 2014

El nuevo salario mínimo

Con un mes entero de trabajo, a partir del próximo quince y último, un empleado podría comprarse un par de zapatos Converse a precio regulado. 4 mil 235 es el valor del calzado que impuso la Superintendencia de Precios Justos (Sundde) el pasado mes de abril. Con el restante (16,78 bolívares), el trabajador tendría para pagar el viaje de ida y vuelta en autobús, según los nuevos precios del pasaje. Todavía le restaría 1,78 bolos.

El nuevo salario mínimo venezolano anunciado por el presidente Nicolás Maduro es de 4.251,78 bolívares (más tickets de alimentación).

@jorgeagobian

Crónica: Caracas, Metro y guarimba

Si me hubiese tocado elegir entre el Metro y la camionetica, quizás no hubiese elegido ninguna de las opciones. Pero en Caracas no se elige, en Caracas se resuelve, se vive apostando a que las agujas del reloj vayan más rápido que los pálpitos cardíacos.

En la estación Plaza Venezuela, a hora pico, el Metro suele ser una sola bola homogénea de gente, un pegoste multicolor, multiolor, multihumor. El Metro de Caracas es tan bueno y tan malo que para evitar la explicación atiborraré lo que queda de párrafo con puntos suspensivos……………………………………………………………………………………………………….. Tan suspensivos como son los días caóticos en Caracas.

Pero ese día el metro no era un caos. En los vagones la gente se podía sentar y extender los pies. Un espejismo o quizás era consecuencia de la convulsión de lo que pasaba arriba, en la Caracas rebelde de marzo de este año, mes en el que se desarrollaron fuertes protestas en todo el país.

La razón de la sospechosa paz –que en estos tiempos es tan difícil de hallar- se debía a que la línea 1 (que moviliza 1.200.000 usuarios diariamente) funcionaba a medias. Exactamente así no, sino peor, lo anunciaba por los altavoces del sistema un trabajador. “Estaciones cerradas, repito, estaciones cerradas: Sabana Grande, Chacaíto, Altamira y Miranda. Recomendamos que no usen el metro”. Y lo repitió tres veces, con un malhumor inexplicable entre tanta paz. Sigo creyendo que quiso decir que recomendaban el uso del “transporte superficial”.

Bocas, ceños y narices se plegaron e hicieron una suela mueca en las caras de algunos usuarios. ‘Maldita sea’, fue la más sana de las insanas frases que se quedaron atrapadas en el vagón. Gente entraba, gente oía el anuncio, gente salía maldiciendo entre dientes. Otros alzaron sus voces, sus groserías y sus alaridos chocantes. Culparon al gobierno, a la Patria, a los “guarimberos” (otro calificativo para opositores). A todos ellos los maldijeron respectivamente.

No es fácil dejar de andar por el subsuelo para tener que lidiar con las colas, las cornetas y el calor humano, que a eso de las 6 de la tarde nadie soporta, que con candela y protestas en cada avenida la gente suele aborrecer, apoyar y volver a aborrecer de nuevo. Amor, odio, Caracas. “Pero tenemos Paaatria”, dijo uno al devolverse del vagón. El tráfico, la hora pico, el metro a medias, Caracas. “Lo ponen a pasar trabajo a uno”, susurró otro. Caracas es más o menos así. Es un sistema que tiene otro subsistema (el transporte). Si el segundo falla, la ciudad deja de ser ciudad. “De la madre”, exclamó una señora después de decir “el coño”.

Las puertas del tren se cerraron y el trayecto para los que no viajábamos a las estaciones prohibidas fue corto y placentero. Pero eso era simplemente en el sótano gigante de Caracas, que desde 1983 le hace la vida más llevadera a unos cuantos. Porque de los 2,104 millones de habitantes que tiene Caracas, alguna vez todos han usado el sistema de transporte subterráneo.

Al salir de la estación Los Dos Caminos –donde finalmente uno toma una chatarra ambulante que en capital venezolana no se le conoce como autobús, sino como “carrito” o “camionetica” por sus propias características –se acabó la fulana paz y empezó el calvario y el alboroto. De Los Dos Caminos a El Marqués la basura y la quemazón impedían el tránsito.

Gente sentada, parada, sudando; gente molesta y gente riendo. En la calle, otros con banderas, carteles, perolas. Los cansados y agotados frente a los que no se cansan y le dan duro a la cacerola. Mientras tanto Caracas seguía trancada, alborotada. En la autopista, según el reporte del tráfico, la cola era gigante. En Prados del Este, en El Cafetal, Las Mercedes, en Chacao y Altamira también.

Mi reloj marcaba las 7:47 de la noche, la hora que ya no era picúa. Y más calor. Y más posibilidades del atraco a mano armada. Y el cielo que ya estaba negro y la cola que mantenía a la gente guindando de una manilla oxidada, meciéndose con los largos frenazos de la camioneta.

Ni Metro ni camionetica. Si me hubiese tocado elegir quizás no hubiese elegido ninguna de las opciones. Pero en Caracas no se elige. En Caracas se resuelve.

sábado, 8 de marzo de 2014

Estampa de mujer: La historia de vida de la maestra y actriz Eufrocina Rivas

Eufrocina, sale en comerciales de televisión en la actualidad

Eufrocina es su nombre de pila, pero Fina es el nombre cariñoso con el que la llama todo el que la conoce. Se quedó Fina, la mae Fina. La historia de su vida se ha escrito entre piezas de canciones, pizarrones verdes y tizas blancas, pasos de bailes y actuaciones en tablas teatrales. Su rostro quedó guardado en los cassettes de Radio Caracas Televisión, donde grabó varias novelas
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JORGE AGOBIAN @jorgeagobian
Especial Día Internacional de la Mujer

Un apartamento de 120 metros cuadrados se convierte en escenario en un abrir y cerrar de ojos. No hay luces ni reflectores. No hay tarima de madera. Lo que hace el papel de escenario es el centro del recibo –ubicado diagonal al comedor- cuyo espacio se encuentra interferido por una mesa. Tampoco hay público. La única butaca de este auditorio es un mueble verde ocupado por dos personas.

En segundos, sólo una de estas se encuentra sentada en el sofá. La otra, una señora mayor, de baja estatura, morena, de ojos aguarapados, se levanta, da un giro y comienza a bailar. “Es música contemporánea”, dice segundos antes de empezar a tararear: La la lá, la la lá. Alza un brazo hacia el frente y poco a poco sube una pierna hacia atrás. Levanta la otra mano. Hace un giro de muñecas. Brinca con estilo y gira nuevamente. Sigue cantando suavemente. La la lá


La demostración de baile no dura mucho tiempo. Pasan algunos segundos y se incorpora nuevamente al sofá. Se talla el cabello poblado de algunas canas y se dispone a conversar. “Yo hubiese sido la segunda Yolanda Moreno, la bailarina”, sugiere al sentarse. Cruza la pierna y comienza a moverla. Pareciera que los pies le piden seguir bailando, pero la artrosis no le permite a Fina, de 75 años, continuar demostrando sus habilidades artísticas.


La vida de Fina, oriunda de Cabimas estado Zulia, se puede dividir en varias etapas, todas relacionadas al área artística.

Desde pequeña sintió amor por el baile y la actuación. Después, a sus ventipico de años, al convertirse en maestra de educación básica, supo juntar su pasión por el teatro y las manifestaciones culturales con la agilidad de sus alumnos. Mucho más adelante logró hacer teatro, participó en telenovelas de Radio Caracas Televisión y hasta montó sus propias obras. 



Yudith Rivas y Fina fueron en algún momento, la misma persona. A sus 15 años, motivada por la danza, decidió cambiarse el nombre. Vivía en Caracas con su maestra, quien era su tercera mamá –después de su madrina-  cuando dejó sus estudios secundarios en el tercer año. Nunca le gustó el bachillerato. Le huía.

“Fui a inscribirme en una escuela de danza y me cambié el nombre para que mi mamá no se enterara”. Se ríe y se recuesta en el sofá. Al final su mamá se enteró. “Para que tu veas lo mente de pollo que es uno cuando es joven”, dice incorporándose de nuevo al respaldo del mueble. Suelta una carcajada larga.

Aunque quería ser bailarina, terminó estudiando en el Instituto Gran Colombia, en Caracas, donde se graduó como maestra de educación primaria urbana y maestra de kínder. La vida de esta mujer comienza a mestizarse en las aulas de clase de la escuela petrolera Soconi 1, en Anaco, estado Anzoátegui, en las que combinó sus innatos gustos por el teatro, la canción y la danza con el método de enseñanza y aprendizaje.

“Seguramente mamá me hubiese dejado ser bailarina, pero nunca se lo dije”, comenta rebuscando entre recuerdos. 

“He dado más vuelta que un trompo”, dice llevándose sus dos manos a la cara. Se ríe. “¡Ay Dios mío!”, exclama. Sigue riéndose mientras sus manos limpian algunas lágrimas que se asoman de sus aguarapados ojos. Continúa conversando. En los años 60 viajó a Estados Unidos donde estudió inglés por 14 meses. Sus conocimientos sobre el idioma, a pesar del tiempo, aun persisten en su memoria. Dice algunas palabras en inglés, como si estuviera hablando spanglish –esa combinación entre el español y el inglés. “Entre vuelta y vuelta” regresó de nuevo a Venezuela y se dedicó completamente a ser maestra.

La mae

Fina se pone de pié y ahora convierte el recibo de su casa en un salón de clases. La pizarra es un cuadro abstracto colgado en la pared. Sus dedos están juntos, como si sostuviera una tiza. Comienza a explicar. “El método que yo enseñaba para leer se llamaba Global y me encantaba. Lo sigo defendiendo”, dice mostrando a tamaño completo sus ojos negros. Comienza la clase.

 “Simón compró unos cambures. Qué ricos los cambures que compró Simón… Así enseñaba yo. Después los niños recortaban unos papeles con las oraciones y yo les pedía que los ubicaran en una lámina grande…”

Se dedicaba completamente a ser maestra. Cuenta que a veces no dormía, no salía, ni mucho menos iba a fiestas. Los viernes eran los días estelares de Fina en el colegio. Organizaba actos culturales donde los niños actuaban. “Yo decía ¿quién quiere cantar?, y los ponía a cantar, actuar o decir poesías”.

Una colección de fotografías va resumiendo lo que esta maestra hizo con sus niños. Se pone de pié y se dirige a la vitrina del comedor. Regresa con las fotos en sus manos. La primera foto que Fina muestra es la de un acto cultural donde convirtió a sus alumnos en flores. Ella era la jardinera y regaba las plantas para que no se marchitaran. “Ese acto quedó bello”, comenta contemplando la foto.

Aparte de dirigir el baile, también diseñaba y confeccionada los trajes de los niños y el suyo. Sus manos pegaron lentejuelas, figuritas y canutillos a cada una de las piezas que realizaba. Sus dedos unieron los puntos de las hiladas que coció a mano. Recortar y pegar papel. Medir y descocer trajes. El trabajo de una costurera o diseñadora de moda en manos de una maestra

“Pasaba toda la noche haciendo un modelo y luego se lo mostraba a las mamás. Las convertí en costureras a todas”, dice soltando una carcajada. Además de jardinera, se lució en el escenario haciendo el papel de anciana en un baile cuya música era de su autoría. Fue San Nicolás en un acto en el que construyó el trineo de santa, y como esos, muchos otros.

La dama de la TV

La jubilación de la mae Fina no vino dada por su tiempo como docente. La causa fue la pérdida parcial de su voz, lo que ocasionó su retiro de las aulas de clase. Poco tiempo después recuperó el habla y le quedó como la tiene ahora: un poco ronca. Una voz carraspeada. Fina como su nombre. No aguda, no grave.

En 1989 se convirtió en dama de la televisión y actriz de teatro. Ese mismo año fue cuando se graduó de actriz en la Escuela Nacional de Artes escénicas “César Rengifo”, y después de eso, comenzó su paseo por novelas de la pantalla de Radio Caracas Televisión: Carmen querida, Rubí Rebelde, María María y otras tantas en las que, si no hacía un “papelito pequeño”, actuaba como extra.

“En la primera novela en la que actué metí la pata. Tenía que vaciarle un balde de agua a una mujer, y yo sin pensarlo lo hice. ¡Juaaass! Le he vaciado ese poco de agua a esa mujer”. Sube sus manos nuevamente a su cara. “¡Ay Dios mío!” dice entre risotadas. Sigue contado la anécdota. “La cosa era simularlo. ¿Qué iba a saber yo de eso? Mojé hasta las cámaras. Pero esa escena quedó muy buena”.

Como actriz de teatro estuvo en varias obras. La primera que viene a su mente es El zoológico de cristal. “¡Ay, esa era bella bella bella!”, comenta. Luego comienza a enunciar nombres de obras según lo que dicta su memoria: La hora menguada, El vendaval amarillo. Interrumpe. “Hay muchas otras pero se me olvidan los nombres”. A pesar de sus 75 años, Fina tiene buena memoria. Es enérgica, inquieta y “farandulera”, según una de sus hijas.

A pesar del tiempo no se ha divorciado de la pantalla chica. Ha estado en varios comerciales de televisión, y eso, no ha sido por casualidad. “Un día mi hijo me dijo que estaban buscando una abuela para un comercial y yo mandé mi foto”. En la selección, Fina quedó con el papel y grabó su primer comercial de televisión. Desde ese momento, el teléfono fijo de su apartamento repica de vez en cuando y al contestar “¡Suaaas! Me llaman para grabar algo”, dice con las manos en el aire.

Cuando está frente a las cámaras, Fina se siente serena, tranquila, se mete en el personaje. “Puedo reír, puedo llorar, lo que me pongan a hacer lo hago”. Mientras habla de su experiencia va desmantelando la epidermis de una piel que en el fondo está llena de sangre artística, de pasos de baile: chachachá, joropo, paso doble, tuis, rock and roll. También se halla una dosis de talento para escribir canciones infantiles. El caracol es el nombre de una de las piezas musicales compuestas por ella. “El Caracol puso a bailar a todo el mundo”, dice. Recuerda la entrada de la canción. Una melodía alegre, onomatopéyica. Paran pan pan pan tan tan. Comienza a cantarla.

Eufrocina ha hecho todo lo que ha querido hacer en su vida. Piensa que sin la creencia y confianza en Dios no se puede lograr nada. Quizás eso es lo que la hecho pasearse por todas las áreas en las que ha querido. “Soy feliz y me gusta lo que he hecho y lo que hago”, dice. Quisiera que las maestras de hoy día fueran como ella y sus colegas de aquel tiempo. 

“Nosotras nos esmerábamos, hacíamos que los niños participaran, que perdieran en el miedo escénico”. Está segura de que eran otros tiempos, otra época. “Me gusta más mi época, me encantaría volver a vivirla”.