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lunes, 23 de septiembre de 2013

A falta de juicio, esperanza

Las comandancias regionales y municipales del estado Anzoátegui están llenas de hombres y mujeres que esperan la ejecución del juicio oral. Expertos coinciden en que es necesario constituir nuevos tribunales en el area penal

Jorge Agobian / @jorgeagobian
Reportaje publicado el lunes 23 de septiembre en el diario La Prensa de Anzoátegui
También publicado en Pais agobiante // Edición digital disponible Ver 

Enero de 2004. Fue en el primer trimestre de ese año cuando se registró el asesinato de Félix Guanipa* en territorio anzoatiguense. El difunto era oriundo de una entidad vecina del estado. Dolor y amargura en el seno de esa familia. Cientos de casos con la misma característica se repiten uno tras otro en Venezuela. Tras la pérdida irreparable, viene el proceso judicial que, en el caso venezolano, suele ser lento y paulatino. Han pasado 10 años y todavía no se ha logrado esclarecer el caso de Guanipa.

45 días después del suceso de 2004, durante las investigaciones realizadas por el Ministerio Público y la antigua PTJ, fue implicado en el hecho fatal Guillermo Figuera. A él lo acusaron familiares de la víctima. Su vida se inmiscuyó desde entonces en un moroso proceso penal inconcluso.

El hombre ha argumentado de mil formas su inocencia. Actualmente lo alega sentado en la sede de una comandancia, esperando, como otros aprehendidos que se encuentran en ese recinto, el día del juicio. “Nadie más que yo está interesado en que se celebre ese juicio” declaró Figuera. Pero según la investigación realizada, los familiares de la víctima también están aferrados en conocer el veredicto final del juez.

La esperanza es el juicio, ellos lo saben. “¡Pero quién sabe cuándo se va a celebrar ese juicio!”, exclamó sin ánimos un familiar de Figuera. (Ver infografía con ejemplificación del proceso)
 
Infografía: La Prensa de Anzoátegui / Jhonatan Villamizar
Como el caso de Guanipa, en el que además está implicado Guillermo Figuera, hay otros tantos en iguales o parecidas circunstancias en el estado Anzoátegui. El retardo procesal penal es una realidad nacional reconocida por el Tribunal Supremo de Justicia.

Gladdys Gutiérrez, presidenta del TSJ, declaró en mayo de este año que se deben “superar las debilidades detectadas en el proceso judicial”. Para ello, se implantó el mes pasado el Plan único contra el retardo procesal que ha atendido hasta la fecha, a 2 mil 312 privados de libertad de los estados Amazonas, Cojedes, Delta Amacuro, Miranda, Vargas, Yaracuy y área metropolitana de Caracas, según las declaraciones de la directora de Protección de Derechos Fundamentales del Ministerio Público, María Mercedes Berthé.

En dicho plan participan funcionarios del Ministerio Público, de la Fiscalía General de la República y del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas de cada región. 

En la entidad oriental, el pasado 6 y 7 de septiembre se atendieron a 37 detenidos en el marco de este procedimiento, sin embargo, casos como el de Guillermo Figuera no entraron dentro de ese grupo. Su esperanza sigue siendo el día del juicio.

Más tribunales

Federmann Ferrer, abogado penalista y criminólogo, explicó que el retardo procesal penal se debe a muchas variantes. “Muchas veces el retardo no es imputable solo al sistema, sino también a otras variantes como la ausencia de testigos o de la defensa.  El Código Orgánico Penal lo establece así”.

Según el jurista, en el caso del estado Anzoátegui, parte del retardo se debe al déficit de circuitos. “Hay muy pocos tribunales en la zona. Hay solo 7 tribunales penales de los cuales solo 4 son tribunales de juicio”, comentó.

“Cuando una audiencia es diferida deberían pasar entre 10 a 20 días para que se realice de nuevo, pero en la práctica eso es totalmente falso. A veces pasan dos meses para celebrarse una audiencia”, expresó Ferrer.

Por su parte, el abogado y ex juez del Palacio de Justicia, Anwar Romhain, coincide en que deben abrirse más tribunales de control y juicio en la entidad. “Es necesaria la creación de nuevos tribunales con jueces capacitados que tengan responsabilidad y también mejores sueldos”, expresó. 

“Una causa con detenidos o sin detenidos lleva el mismo trabajo cuando se trabaja con responsabilidad”, apuntó Romhain. Agregó además que ha sido testigo de casos en los que se suspenden las audiencias “porque los jueces están de vacaciones”.

Pena anticipada 

El estatus actual en el que se encuentra Guillermo Figuera, el hombre vinculado al asesinato ocurrido hace una década, se denomina “pena de banquillo”. Según el criminólogo Federmann Ferrer, esa es la realidad de muchos de los presidiarios.

“Los presos de banquillo son los que no han sido juzgados pero ya están presos, y cuando llegue el día del juicio, si son culpables, se les restará el tiempo que estuvieron detenidos a su condena”.

*Nota: Los nombres de los personajes fueron falseados.

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