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miércoles, 9 de noviembre de 2011

De la Edad Media a la Contemporánea: ¿Se informa o se comunica?

La historia de la humanidad siempre nos remonta a diferentes épocas en las que se pueden hacer claras comparaciones con respecto a lo que hoy día podemos apreciar en muchos ámbitos de la vida cotidiana. Uno de estos ámbitos, y quizás uno de los que más ha evolucionado con el transcurrir de los años, es la manera en la que se comunicaban e informaban las personas en la Edad Media, y las condiciones y restricciones con las que se daban este tipo de interacciones básicas en el hombre. Sin embargo, resulta importante como preámbulo al análisis del antes y el después de la comunicación masiva, esclarecer los significados y diferencias de cada uno de estos términos.

Muchos teóricos han propuesto la diferencia entre lo que se conoce como información y comunicación. Esto, debido a la confusión que podemos tener muchos de los que no manejamos el tema y hasta los profesionales del área de la comunicación de masas. Antonio Pasquali, es uno de esos grandes teóricos que ha diferenciado muy claramente estos dos términos. Para él, la información es el “proceso de envío unidireccional o bidireccional de información a receptores predispuestos para una descodificación-interpretación”, mientras que la comunicación la reconoce como “la relación comunitaria, humana, consistente en la emisión-recepción de mensajes entre interlocutores en estado de total reciprocidad, siendo por ello un factor esencial de convivencia y un elemento determinante de las formas que asume la sociabilidad del hombre” (“Comprender la comunicación” pp.51-52).

En general, para Pasquali la información es sólo el envío de un contenido que puede o no ser interpretado por el receptor, y cuya respuesta de este receptor no condiciona ningún tipo de intercambio comunicacional. A diferencia de la comunicación, que la concibe como el intercambio recíproco de contenido cuyo objetivo principal es afectar y producir un cambio en el otro.

Dada esta diferenciación y llevando estos dos términos a la Edad Media, nacen la siguientes interrogantes: ¿La gente se comunicaba o simplemente se informaba en la edad media?, ¿era posible el intercambio de ideas y opiniones acerca de las informaciones que se daban en esa época?, y en el mundo actual, ¿se informa o se comunica?, ¿la información es manejada igual a la Edad Media? Este cuestionamiento tiene claras respuestas que se interconectan con el pasado histórico y el sistema socio-político que se manejaba.


La Edad Media, comprendida entre los siglos V y XV, es un período en el que todos los poderes recaían en la Iglesia, quienes exclusiva e ideológicamente manejaban la información. Existía además para la época algunos “comunicadores orales” como los define Pedro Farías García, en su obra “En torno a la libertad de la empresa informativa”. Lo que el autor llama “comunicadores” es a una especie de “elementos personales” de la arcaica comunicación de la época que si bien daban informaciones básicas a la sociedad, eran dependientes de la autoridad y sus fundamentos eran netamente basados en la ideología de la época. Así pues, en dicha obra, Farías, afirma que “todos estos elementos estaban bien en dependencia directa del poder oficial, civil y eclesiástico, o bien actuaban libremente, como los goliardios, juglares y vaganes, mas o menos tolerados por el poder”.

Sin embargo, aunque existieran informaciones expresadas por estos denominados “juglares” –que deben entenderse como personas que vociferaban informaciones- las condiciones sociales e ideológicas de los hombres estaban sujetadas a la autoridad de unos pocos que los dominaban, por lo tanto la idea de que existiera información espontánea y sin censura en la época es totalmente improbable.

La población de la Edad Media era dominada principalmente porque era una sociedad inculta y analfabeta. No existía la razón. El mundo de las personas giraba alrededor de la creencia en Dios. En otras palabras, era una sociedad pacífica: vivían de lo que sus gobernantes les hacían creer; por lo tanto, la comunicación -ese intercambio de datos- se daba solamente por la necesidad humana de intercambiar códigos, además del simbolismo con los que representaban la vida cotidiana. No era una comunicación que buscaba generar cambios en la manera de pensar de las personas, porque además, vivían en un mundo aislado, creían que esa era la única manera de vivir. Es por eso que para esta época lo que hoy día conocemos como “comunicación social” no existía, más bien concurría una precaria manera de informar a las personas a través de mensajes que estaban totalmente influenciadas por la religión y el poder.

Para ejemplificar lo anteriormente señalado basta solo con imaginarnos a uno de los que ejercían el poder durante la Edad Media o simplemente a un “juglar” informándole a la masa en medio de una tormenta, que las gotas de agua que caen del cielo significan que Dios está derramando riquezas para ellos. Esa masa recibía una información que giraba en torno a la creencia religiosa. Ellos la recibían, la asimilaban, no era posible que alguno quisiera darle otra explicación. Ellos no podían ejercer una comunicación con sus informantes apelando a lo que le transmitían, entre otras causas, porque como se señaló en líneas anteriores, era una sociedad sumamente inculta, pacífica y sobre todo cegada por la fe.

Las ideas señaladas anteriormente con respecto a las condiciones sociales de la Edad Media, son sostenidas por Manuel Vázquez Montalbán en su obra "Historia y Comunicación Social" donde señala que “la Iglesia creó un instrumento represor, la Inquisición, que también era un sistema persuasivo se basaba en el control de las ideas antagónicas y la imposición de las ideas propias.”
Pero poco a poco las cosas fueron cambiando. Con el transcurrir de los años llega la imprenta, considerada como el primer mecanismo de “comunicación de la información”. Las personas dejaron de lado la ideología religiosa y se impuso la razón con la que los hombres exigían estar informados. Había llegado la revolución de una sociedad que necesitaba informarse y que apelaba a lo que le decían, en otras palabras nació lo que hoy en día, en la edad contemporánea de la historia, conocemos como comunicación de masas y opinión pública.

Dejando claro que la Edad Media era una época en la que la comunicación fue simplemente un intercambio de palabras-símbolos que no tenían ningún objetivo específico, y que la información era una suerte de divulgación de datos ideologizados a la sociedad, se pasará ahora a describir si en la actualidad aún esto persiste, o si por el contrario ha habido cambios.

De la Media a la Contemporánea

Hoy por hoy, la comunicación no es lo mismo que fue hace miles de años atrás. En nuestros días se habla tanto de una comunicación como proceso humano, y de una comunicación de la información masiva. Esto lo recalca el autor Balle (1991:54-61), quien afirma que en la actualidad se debe dividir la comunicación en tres partes: la interpersonal, la institucionalizada y la mediatizada. Partiendo desde esta perspectiva se puede decir –a simple vista- que la comunicación actual ha evolucionado con respecto a la Edad Media.

Otro término utilizado en la actualidad es lo que se conoce como “comunicación de masas” que es lo que Balle llamaría “comunicación mediatizada”. Esto se refiere a la comunicación de información que se le ofrece a la sociedad a través de diferentes canales o medios comunicativos, es decir que la divulgación de información hoy día, no es algo aislado de lo que conocemos como comunicación interpersonal, sino que ambos términos se conectan para llevar a cabo el proceso comunicativo-informativo.

Siguiendo en el hilo de diferenciar ambas épocas, la información en nuestros tiempos –pese a todos los mecanismos de censura política que se han vivido y aún se viven- no es coartada ni manejada por la ideología religiosa, que aun siendo aceptada en la actualidad, es reemplazada por la razón del hombre que se mantiene en contacto con la realidad social y la verdad de los hechos.
Según los estudiosos de la materia Berger y Luckmann (1997:74) “los medios de comunicación masiva exhiben de manera constante y enfática una pluralidad de formas de vida y de pensamiento”, lo que afirma que la ideología del hombre actual no es manejada por unos pocos, sino que existe –al menos en los Estados democráticos- el derecho del libre pensamiento y expresión, además de la libertad de elegir la cosmovisión de la vida, por lo tanto, la sociedad actual se perfila como culta o con mayor alcance de los conocimientos.

A manera de ejemplificar lo anterior y tomando un hecho reciente, vemos como hace poco tiempo se informó en Venezuela que a causa de la sequía que se produjo, el uso eléctrico debía ser racionado, lo que la opinión pública apeló e impuso sus puntos de vista desmantelando lo que le informaban.

Esto no ocurriría en la Edad Media, sin embargo en la actualidad cuando algo no es bien percibido por la sociedad, se activa un proceso de comunicación-información en el que se exponen los puntos de vista del colectivo debido a que la sociedad es dinámica. Esta apreciación es sustentada por Berger y Luckmann cuando refieren estos cambios a una evolución que ha vivido la humanidad en la manera de relacionarse:

“La modernidad entraña un aumento cuantitativo y cualitativo de la pluralización. Las causas estructurales de este hecho son ampliamente conocidas: el crecimiento demográfico, la migración y como fenómenos asociado la urbanización […] la economía de mercado y la industrialización que agrupan al azar a personas de los tipos más disímiles y las obligan a relacionarse en forma razonablemente pacífica.” (“Modernidad, pluralismo y crisis de sentido: la orientación del hombre moderno” 1997:74)
Finalmente, la comunicación actual es social, lo que implica que todo mensaje que se emite afecta de una manera u otra a la sociedad, y que el hombre no simplemente se comunica o se informa, sino que combina ambos procesos y los convierte en uno solo: “la comunicación de la información” que como es vista por Miquel Alsina, es un mecanismo humano en el que “la comunicación sería mas bien el proceso mientras que la informacion sería el mensaje” (Teorías de la comunicación: ámbitos, métodos y perspectivas. 2001:49).

En resumen, la Edad Media fue un período en el que la comunicación y la información eran procesos pacíficos e individuales, los cuales eran totalmente reprimidos tanto por la imposición de una la ideología única como por el alto grado de analfabetismo de la sociedad, por ello desde el punto de vista informativo solamente se daba un mensaje que debía ser acatado; a la inversa de la actualidad, donde el hombre se comunica y a la vez genera información con el objetivo de producir cambios y mantener a la sociedad al día, pero cuyo proceso puede ser interpretado de muchas maneras por la dinámica de la masa.

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FUENTES:
§ ALSINA, Miquel. Teorías de la comunicación: ámbitos, métodos y perspectivas. Barcelona (España): Editorial Universidad Autónoma de Barcelona, 2001.
§ BERGER, Peter. LUCKMANN, Thomas. Modernidad, pluralismo y crisis de sentido: la orientación del hombre moderno. 1997
§ FARIAS, Pedro. En torno a la libertad de la empresa informativa. Madrid (España): Editorial Complutense, 1994.
§ PASQUALI, Antonio. Comprender la comunicación. Barcelona (España): Editorial Gedisa, S.A., 2007
§ VAZQUEZ, Manuel. Historia y comunicación social. Editorial Mondadori, 1980.

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