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domingo, 5 de junio de 2011

La comunicación no es 'cómetelo bicho'

La comunicación es social por naturaleza y es algo exclusivo para los seres humanos, dice acertadamente Manuel Algarra en su obra “Teoría de la Comunicación: una propuesta”. Eso ya es un conocimiento que guardo en mi mente, y que forma parte de lo mucho que he aprendido en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela. La comunicación, es entonces una interacción de los seres humanos, un intercambio y un flujo de datos, por lo tanto gracias a dicha interacción que existe entre los hombres para comunicar conocimientos y sentimientos es que podemos darnos el gran lujo de ser “comunicadores sociales”.

Sin embargo, el nombre que recibe la carrera dedicada al estudio y manejo de técnicas para construir y comunicar contenidos a la sociedad, es una combinación de palabras que no tienen sentido. Si bien la comunicación es social por naturaleza, lo que los profesionales de la comunicación transmiten es contenido dedicado único y exclusivamente a la raza humana, es decir todos nos comunicamos en la sociedad, y todos generamos conocimiento, pero se necesitan profesionales en esta área para crear una imagen de verosimilitud de la realidad. Pero sin caer en polémica, la idea es mostrar que el profesional de la comunicación es esa persona que cumple funciones vitales para la existencia de la sociedad.

Muchas veces somos cuestionados y vistos como los chismosos, a los que les encanta la farándula, los promotores de la alarma y los vivimos en un mundo de pajaritos preñados. Amigos míos, ¡eso no es cierto! Si existe un mundo complejo, ese es el de los que nos encargamos de esto, de estudiar y ejercer esta carrera, que mal por bien, fue lo que democráticamente elegimos hacer con nuestras vidas.

Imaginemos por un minuto lo siguiente: estamos aquí, leyendo este fastidioso artículo, y notamos que todo se mueve. Pareciera que hay un temblor, pero en realidad se esta “acabando el mundo”. Ingresamos a las redes sociales para “informarnos” y nos encontramos con que todos los usuarios dicen cuanto disparate te puedas imaginar (obviamente si el mundo se estuviese acabando, creo -manteniendo la duda- que lo último que haríamos sería ingresar a Twitter o Facebook), bueno pero como te venía diciendo, entonces nos topamos con informaciones distorsionadas y nuestro nivel de alarma y descontrol llega a su máximo nivel.

Con este simple ejemplo, podemos apreciar de qué se trata la comunicación, y que la existencia de personas dedicadas éticamente a esta labor es indispensable, porque son estos los que basados en fuentes verdaderamente confiables transmiten un mensaje de lo que está sucediendo, y no solo eso, te informan además qué debes hacer y a que sitio debes acudir. Pero tampoco la comunicación es algo solo de tiempo presente, también informan lo que viene y como puede afectarte, así como lo que ya pasó, influye en tu vida.

Todo lo que vengo indicando anteriormente no tiene otra intención que no sea mostrar, que ser comunicador social no es ‘cómetelo bicho’, como llamamos coloquialmente a lo que resulta fácil, sino que es una obligación compleja en el sentido de que todo lo que comunicas, lo haces con el fin de influir o captar la atención de la sociedad en pro de mantener informada a esa masa.

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