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sábado, 28 de junio de 2014

Crónica de un apagón sin gasolina

A las 3:00 de la tarde del 27 de junio de 2014 sucedió que la Gran Caracas y en otras ciudades de 11 estados del país se bajó el suiche de electricidad. Una vez más entendimos que la vida cotidiana sin electricidad es una locura, que una sola cosa nos puede poner de cabeza. La falla en La Arenosa perjudicó a todo y todos: el tráfico, a los comerciantes, a los medios de comunicación, a las líneas telefónicas y a mí, que me ocurrió algo particular con la gasolina de mi carro.

Un “¡aaaay!” se escuchó en todo el centro comercial Sambil de Caracas. Todo quedó oscuro. El estacionamiento no tenía lugar para colores. Unas lucecitas blancas que salían de los celulares de los demás parecían estrellas. Era como un cielo con luceros, solo que no era el cielo, era la oscuridad.

Cuando salí del estacionamiento me encontré con que las calles no eran solo el lugar por donde transitan los carros y las motos, miles de motos que hay en Caracas. La gente también caminaba por el medio de la vía. Al instante entendí que el municipio Chacao se había quedado sin luz y Caracas sin Metro, y las calles sin semáforos, y la gente había sido retirada de sus trabajos, y las estaciones de servicio sin gasolina. ¡Sin gasoliiiinaaaaaaa! Tenía poco menos de un cuarto de tanque de gasolina. No había luz, había cola, no había gasolina. Entré entonces en pánico.

El tráfico era desesperante. La cola no avanzaba, pero la aguja que marca el nivel de combustible de mi carro no trabaja con luz, trabaja con eso, con gasolina, y se agota, como se agotaba mi paciencia.

Cuando al fin llegué a la estación de servicio de La Castellana, casi frente a la estación del Metro de Altamira, me estacioné más pegado al surtidor que nunca antes.

─Señor, ando seco (de gasolina). ¿Tendrá gasolina?

─ Gasolina sí hay… lo que no hay es luz, y entenderás que si no hay luz no hay gasolina, pero sí hay gasolina, solo que no hay luz, dijo sonreído. Y se fue.

Entendí perfectamente su trabalenguas y quise también reírme de su chiste, solo que si no había luz, tampoco había gasolina, por ende, tampoco podía llegar a mi trabajo, que estaba a varios kilómetros desde Altamira. Por lo tanto nada me daba risa. Decidí quedarme ahí, a esperar.

Apagué el carro y comencé a observar a mi alrededor. Gente como granos de arena en el mar.  Autobuses atiborrados de pasajeros, con gente guindando de las puertas. Lo ilegal era normal, era entendible. Y más gente pasaba a pasos rápidos. Y las caras ceñidas, malhumoradas. Y gente que llegaba a la estación de servicio preguntando si había gasolina y el señor respondiendo con el mismo chiste del que creo, nadie se rió.

De repente en medio del desastre (porque fue un desastre), un grupo de mujeres y niños de todas las edades pasaron cantando: “No hay Dios tan grande como tú, no lo hay, no lo hay”. Y al rato, un grupo de muchachos pasaron gritando consigas, diciendo que tenemos patria.

─ Mijo, ya aquí no hay nada que hacer, nos mandaron a irnos a nuestras casas-  me dijo el señor, esta vez sin gracia, mientras con una cadena aseguraba los pistones de gasolina.

 ─ No, señor, no se vaya. Yo no puedo rodar, no tengo nada de gasolina, vea –prendí el carro y le mostré la aguja de mi tablero- quédese, por favor. Saqué un billete de 100. Accedió y se quedó.

Sobrevivencia o nada. Pasaron varios minutos, ya era normal ver a tanta gente caminando, a tantos en mi misma situación preguntando si había gasolina. Se acerca de nuevo el señor y me dice que se va, que me devolvería mi dinero. “Por favor, señor, 20 minutos más, tome”, le entregué otro billete marrón.

En el fondo una luz roja. Había prendido la luz de un semáforo. Había llegado la luz. “Gracias, Dios, qué bello eres, gracias mi Dios”.

La aguja de combustible subió a “full” y ese día, el 27 de junio de 2014, cuando media Venezuela se quedó sin luz, pagué el costo real de la gasolina.

Evidencia






lunes, 2 de junio de 2014

La vida de Maduro en el borde de 10 planes de magnicidio


JORGE AGOBIAN | @jorgeagobian

Desde que el presidente Nicolás Maduro tomó posesión de su cargo el 19 de abril de 2013, se han hecho públicas siete denuncias sobre supuestos planes magnicidas en su contra, todos provenientes de Colombia y Estados Unidos, según ha alegado el Gobierno. En tres de ellos estaría implicado el ex presidente colombiano Álvaro Uribe Vélez.

La primera de las denuncias la realizó el propio Nicolás Maduro, catorce días después de su juramentación como presidente electo de Venezuela, y la última fue realizada el pasado miércoles 28 de mayo por el Alto Mando Político del Gobierno.

Sin embargo, antes, siendo vicepresidente, ya Maduro alertaba sobre planes conspirativos en su contra, al menos en tres oportunidades.

Entre las seis acusaciones que ha hecho el mismo presidente venezolano durante su primer año de mandatado, ha advertido sobre la contratación de sicarios para que ejecuten planes criminales, la gestación de golpes de estado y hasta intentos de envenenamiento o inducción de enfermedades.

Sobre su seguridad e integridad física ha dicho que su vida tiene valor y ha resaltado que se cuida. Por ejemplo, en una intervención que tuvo en marzo de este año en un acto con las Fuerzas Armadas Bolivarianas, dijo: “Yo no voy a decir que mi vida no vale nada, claro que vale, pero si algún día ellos ejecutaran ese plan, nuestro plan bolivariano debe continuar en las calles haciendo revolución”.

Algunos meses atrás, el 28 de agosto de 2013, aseguró que de lograrse un complot que atente contra su vida, esa acción despertaría al pueblo y provocaría “una guerra civil”.

Revolución en la mira

Durante el gobierno del ex presidente Hugo Chávez, se reportaron 63 planes de magnicidio en su contra, 22 de ellos anunciados por el propio presidente, según una reportaje publicado por Últimas Noticias el 2 agosto de 2013.

En esa investigación (obtenida del archivo de este diario desde 1999), resaltan como los funcionarios y personajes ligados al gobierno que más han denunciado, el periodista José Vicente Rangel, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, el ministro de Interior, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez Torres y el alcalde del municipio Libertador, Jorge Rodríguez, precisamente quienes también han liderado las denuncias durante el mandato de Nicolás Maduro.

En el caso de Diosdado Cabello, además de realizar las denuncias, también ha sido alertado durante los últimos dos años por presuntas conspiraciones en su contra. Según la investigación realizada, en al menos cinco de los diez anuncios del Gobierno sobre ataques, estaría incluido el diputado. En dos de esos cinco fue él mismo quien dio a conocer la información.

Contra Hugo Chávez

En tres ocasiones, Nicolás Maduro hizo denuncias sobre atentados contra la vida del ex presidente Hugo Chávez. La primera fue en 2007 (28 de noviembre), cuando ocupaba el cargo de Canciller de la República. En esa oportunidad indicaba que la CIA y el canal CNN encabezaban la “Operación Tenaza” que buscaba matar al presidente Chávez.

La segunda advertencia la realizó el 1 de junio de 2009, cuando denunció a través de VTV que el presidente Hugo Chávez sería asesinado en El Salvador durante la toma de posesión de Mauricio Funes.

La tercera fue el 5 de marzo de 2013, horas antes del anuncio de la muerte de Hugo Chávez.

“No tenemos ninguna duda, llegará el momento indicado, en el que se pueda conformar una comisión científica para comprobar que el comandante Chávez fue atacado con esta enfermedad. Los enemigos históricos de nuestra patria buscaron el punto para dañar la salud de nuestro comandante”, expresó el para ese momento vicepresidente de Venezuela.

Alertas a la oposición

El presidente Nicolás Maduro no solo ha sido fichado para supuestos ataques magnicidas, los cuales ha denunciado oportunamente, sino que también ha alertado a la oposición venezolana sobre presuntas agresiones a sus líderes políticos.

El 17 de marzo de 2013, tras tan solo doce días de la muerte del presidente Hugo Chávez, Maduro aseguró en el programa José Vicente Hoy, del periodista José Vicente Rangel, que existían planes para ultimar a Henrique Capriles Radonski, quien sería su oponente en las elecciones que se disputarían el 14 de abril de ese año.

En menos de un mes, el 6 de abril de 2013, Maduro señalaba precisamente a Capriles Radosnki como presunto cómplice de planes que querrían acabar con su vida.

La segunda vez que lo hizo fue recientemente, el pasado 17 de febrero, cuando alertó que “la ultraderecha” estaría buscando la salida de Leopoldo López a través de un magnicidio. “Quieren provocar una tragedia y echarnos al culpa a nosotros", expresó el Primer Mandatario.
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Cronología de un magnicidio



El 23 de enero de 2013, desde su investidura de vicepresidente de la República, Nicolás Maduro lanzó la primera denuncia sobre magnicidio contra él y el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello. En un acto conmemorativo por cumplirse 55 años del 23 de enero, Maduro anunció que desde hace varias semanas atrás habrían hecho un seguimiento a “grupos que se han infiltrado en el país”, a los que señalizó como “oligarquía”. Esta vez, Maduro no personificó su denuncia. Añadió que “en esas reuniones ellos (‘oligarquía’) dicen hay que sacar del medio al tenientico y al autobusero”.
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El 5 de febrero de 2013, el para ese momento vicepresidente, Nicolás Maduro, reveló detalles de un supuesto plan de asesinato contra él “o el presidente de la Asamblea Nacional”, Diosdado Cabello, que estaría liderado por el excomisario de la Disip, Henry López Sisco, quien es exiliado político y reside desde 2006 en Costa Rica.

"Henry López Sisco está en Costa Rica todavía conspirando para asesinar al compañero Diosdado Cabello o a mi persona, cosa que no lograrán porque estamos en el tiempo de la vida y la victoria", dijo Maduro.

En esa oportunidad, el acusado, López Sisco, respondió al vicepresidente alegando que el supuesto plan era “una mentira más” que servía de “cortina de humo para distraer la atención del pueblo”.
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El 6 de abril de 2013, Nicolás Maduro, quien para entonces era candidato presidencial acusó a su oponente Henrique Capriles Radosnki de estar dentro un plan que buscaba matarlo. “Ellos me quieren matar porque saben que no pueden ganar en unas elecciones libres, como las que vamos a tener el 14 de abril”, dijo.

Elías Jaua, quien ocupaba el cargado de canciller de la República en ese momento, repudió ese mismo día la supuesta existencia de nexos terroristas entre salvadoreños y el candidato Capriles Radonski. Más tarde, en su alocución, Nicolás Maduro señaló a Roger Noriega, ex embajador de EEUU ante la OEA y Otto Reich, ex embajador de Estados Unidos en Venezuela entre 1983 – 1986, como presuntos implicados.
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El 3 de mayo de 2013, el presidente Nicolás Maduro, alertó al país sobre supuestos planes que buscarían “desaparecerlo”, encaminados desde Colombia y Estados Unidos. "Existen planes para desaparecerme, ligados al ex presidente colombiano Álvaro Uribe y a grupos ligados a la derecha venezolana que tiene relación con ex funcionarios de Estados Unidos", dijo.

En esa oportunidad el Primer Mandatario nacional denunció directamente y por segunda vez, al colombiano Álvaro Uribe, Roger Noriega y Otto Reich.
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El 30 de mayo de 2013, Nicolás Maduro denunció que desde Colombia se planearía “inocularle un veneno” que provocaría su muerte.

“Llegó un equipo desde Miami (a Bogotá) junto a (el ex embajador estadounidense) Roger Noriega con un veneno y están preparados para venir a Venezuela a inocularme el veneno a mí. No para que me muera en un día, no, para enfermarme en el transcurso de los meses que están por venir”, expresó.
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El 24 de julio de 2013, Diosdado Cabello denunció un nuevo presunto plan contra la vida del presidente Maduro y la suya. El mensaje de alerta lo dijo desde el Teatro Baralt de Maracaibo durante una Sesión Especial de la Asamblea Nacional.

"En su debido momento haremos las denuncias correspondientes con pruebas contundentes de intentos de magnicidio contra el compañero Nicolás Maduro y contra este humilde servidor", expresó el diputado. 

Cabello amenazó tajante: "¡Ay, que no nos pase nada a ninguno de los dos! Se van a arrepentir toda su vida de que le hagan algo al compañero Nicolás Maduro". Aunque no personificó la denuncia, dijo que “sectores de la derecha” estarían detrás de ese plan.
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El 31 de julio de 2013, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, acusó al cubano exagente de la CIA, Luis Posada Carriles, de planificar magnicidio contra Nicolás Maduro. "Los planes para eliminar físicamente a Maduro están en marcha”, expresó en ese momento el diputado.

Los supuestos implicados eran, según Cabello, Luis Posada Carriles (cubano), el ex presidente colombiano Álvaro Uribe Vélez, a quien calificó como “el principal asesor de la oposición venezolana” y Eduardo Macaya Álvarez, cubano radicado en Miami.

El presidente de la AN reveló también que la supuesta “operación magnicida” se realizaría el 24 de julio de ese año, y que participarían 400 hombres colombianos que entrarían al país por de la frontera en el estado Zulia.

También dio a conocer que la inversión para el ataque fue de más de 2 millones de dólares, y que la misión se llamaba “Plan baby”.

Ese mismo día, en entrevista ofrecida a Telesur, el ministro de Interior y Justicia, Rodríguez Torres, expuso una tesis de magnicidio que, al parecer, nutre la que ya había realizado Diosdado Cabello, pues coincide tanto en la fecha que Cabello había mencionado como presunto escenario para ejecutar las acciones homicidas (24 de julio), como también en la participación de Luis Posada Carriles y Eduardo Macaya en esa supuesta intentona.

Según Rodríguez Torres, estaría además inmiscuido el ex presidente hondureño, Roberto Micheletti, un oficial activo colombiano y un presunto oficial de la CIA. Detalló además que desde el abril de 2013 se estarían reuniendo los presuntos cabecillas.
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El 18 de agosto de 2013, el periodista José Vicente Rangel anunció que desde Estados Unidos y Colombia se gestaba un plan magnicida contra la máxima autoridad del país que sería ejecutada durante las pasadas elecciones municipales de diciembre de 2013.

"La actividad está en manos de personal colombiano y mayamero. Los francotiradores ya fueron seleccionados, y de los cinco aviones del lote adquirido en Estados Unidos que están en bases colombianas controlados por efectivos norteamericanos, hay uno que ya fue artillado y preparado para cuando lo determinen las circunstancias", expresó el periodista en su programa dominical transmitido por Televen.
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El 26 de agosto de 2013, el ministro Miguel Rodríguez Torres informó que a través de un operativo al que denominaron “Carpeta Amarilla”, lograron detener a dos colombianos identificados como Víctor Joan Gueche Mosquera y Erick Leonardo Huerta Ríos, quienes tendrían órdenes de asesinar el presidente Nicolás Maduro.

La detención se realizó el 15 de agosto en un hotel ubicado en la carretera Panamericana que une a Caracas con los Altos Mirandinos, donde se encontraron dos fusiles R-15 con mira láser y una fotografía del presidente Nicolás Maduro, según declaraciones del ministro.

Tres días después el periodista José Vicente Rangel denunciaba supuestos ataques contra la integridad física del presidente Nicolás Maduro, y ocho días más tarde, se realizó el anuncio sobre la detención de los dos sujetos colombianos.

El mismo 26 de agosto, el presidente Nicolás Maduro, volvió a hablar sobre el plan de magnicidio y culpabilizó a la “oligarquía fascista” de estar detrás esos propósitos.

El 27 de agosto, el Ministerio Público logró la privativa de libertad para Joan Gueche Mosquera y Erick Leonardo Huerta Ríos. Y al día siguiente, el presidente de la República, expresó que si se llegase a ejecutar algún plan que atente contra su vida, se desataría “una guerra civil” en el país.
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El 20 de diciembre de 2013, autoridades colombianas capturaron en el sureste de ese país a Alejandro Caicedo Alfonso, alías “Scooby”, de 21 años de edad, quien habría sido acusado en agosto de ese año de planear un magnicidio contra el presidente Nicolás Maduro y el presidente de la AN, Diosdado Cabello.
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El 15 de marzo de 2014, el presidente Nicolás Maduro hizo un llamado al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para que cese la intromisión de ese Gobierno en los asuntos de Venezuela. Aprovechó la oportunidad para enviarle una reflexión al presidente estadounidense.

“Le habla un humilde presidente de Venezuela, a usted le hablo porque es su gobierno quien mantiene a esta oposición de derecha (…) sé que les ha pasado por la mente a los arcones del Departamento de Estado y del Pentágono, proponerte que autorices el asesinato del presidente de Venezuela como medida extrema”, expresó.

Luego advirtió: “si le llega este mensaje (a Barack Obama), debe saber que sería el peor error de su vida firmar la autorización del asesinato del presidente Nicolás Maduro”
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La última de las denuncias sobre supuestos planes de magnicidio se realizó el pasado martes 28 de mayo. El Alto Mando Político del Gobierno nacional, representado por la vocería del alcalde del municipio Libertador, Jorge Rodríguez, acompañado por la Primera Combatiente de la República, Cilia Flores, Diosdado Cabello, Tarek El Aissami, Miguel Rodríguez Torres, entre otros funcionarios, informaron al país sobre las presuntas intenciones de gestar un golpe de estado que “desembocaría” en un magnicidio al presidente, Nicolás Maduro.

Dentro de este “complot” no solo se planearía el asesinato del presidente de la República, sino también el de Diosdado Cabello, Tarek El Aissami y el ministro Miguel Rodríguez Torres.

Las investigaciones “criminalísticas”, según refirió Jorge Rodríguez, involucran como presuntos artífices a la ex diputada María Corina Machado, el ex candidato presidencial Diego Arria, Henrique Salas Romer, el abogado constitucionalista, Gustavo Tarre, y el ex director de Pdvsa, Pedro María Burelli. Incluye además a actores internacionales como Kevin Whitaker, embajador de Estados Unidos en Colombia, el cubano Robert Alonso y el abogado, Ricardo Koesling, quien reside en Miami. Además se vinculó a este supuesto plan magnicida al banquero Eligio Cedeño, quien sería la persona que financiaría los “planes golpistas”.

Las pruebas presentadas por Rodríguez, responden a filtración de correos electrónicos que María Coriana Machado enviaría a los otros supuestos involucrados en la gestación de un golpe de estado y el posterior magnicidio del presidente desde el día 23 de marzo de este año.

“Queda confirmado que no fueron ninguna protestas espontáneas, de estudiantes (las suscitadas desde el 12 de febrero en el país), que fueron eventos violentos, terroristas impuestos en esas fases por estos sectores de la ultraderecha y aparentemente autorizados por este señor (Kevin Whitaker). Aquí tenemos las pruebas de que es verdad”, expresó.

Rodríguez advirtió además que en sus manos reposan una gran cantidad de correos electrónicos sujetos a investigación criminal “que involucran de manera directa a sectores de la ultraderecha venezolana”.

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Publicado el 9 de junio de 2014 en La Prensa de Anzoátegui (Ver publicación)