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domingo, 23 de junio de 2013

Los turistas le tienen miedo a Venezuela


Viajar a Venezuela está dentro de las 10 opciones más desertadas de los extranjeros que planean realizar viajes de turismo por el mundo, según estudio realizado en 2010 por la OMT. El miedo de los turistas se debe al prejuicio que se ha propagado sobre la situación de inseguridad en el país. Pese a eso, el gobierno nacional planea recuperar la industria turística con el apoyo del sector privado


Foto: Diario El Impulso digital
JORGE AGOBIAN | @jorgeagobian

Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía. Aterrizaje e inmigración. Un letrero gigante que deslumbra desde lejos: “Venezuela, conocerla es tu destino”. Luego el taxi. Eso es lo que se consigue cualquier turista cuando llega a Venezuela. De ahí en adelante, si es de noche, que resulta ser más inseguro, lo que pueda ocurrir durante el traslado a Caracas es “cuestión de suerte”, cuenta un taxista que trabaja en una línea privada de transporte.

Este taxista asegura que ahora traslada a menos turistas extranjeros o “gringos”, como él les prefiere llamar. Cuenta también que los atracos a propios y extranjeros en el aeropuerto o en la autopista Vargas-Caracas son el pan nuestro de cada día. “Lo ponen en riesgo a uno, y también a la gente que viene con buena fe a Venezuela”. Otros taxistas son más optimistas y no han vivido ese tipo de experiencias.

Pese a los malos cuentos de camino, Venezuela posa con picardía ante la parte septentrional de Sudamérica: 43 parques nacionales, 22 monumentos naturales y tres sitios considerados Patrimonio de la Humanidad. Aprovechando esos recursos, el actual ministro del Poder Popular para el Turismo, Andrés Izarra, declaró el mes pasado que ese sector podría ser una fuente de generación de divisas “tan importante como el petróleo”. Asimismo invitó al sector privado a impulsar la “industria sin chimenea”, frase con la que el ministro se refirió a la industria turística. Sin embargo, diferentes factores, entre ellos la situación de inseguridad, podrían apaciguar las aspiraciones de dinamizar la economía nacional a través de una fuente de ingresos diferente a la petrolera. Algunos expertos coinciden en eso.

Julio Arnaldes, presidente del Consejo Superior de Turismo, Conseturismo, expresó en entrevista para El Nacional, que el éxito de la promoción internacional del país depende de varios factores: las riquezas naturales, culturales y arqueológicas, la calidad de servicios básicos, infraestructura, regulaciones y la seguridad. Sobre este último factor, piensa que la situación de inseguridad que vive el país le ha hecho mucho daño a “la imagen de Venezuela en el exterior”. 

Según el informe Crisis Management in the Tourism Industry (2006) publicado por la Organización Mundial de Turismo, OMT,  la seguridad se ubica en el segundo o tercer lugar en el proceso de decisión del destino. Para este organismo, si un viajero tiene miedo a ser víctima de un crimen violento, robo o un acto terrorista durante su viaje, son menores las posibilidades de que ese turista elija visitarlo.


En la década de los 80’s se logró consolidar el turismo como la segunda industria más rentable después de la petrolera, según Frank Briceño Fortique, ex presidente de la Corporación de Turismo de Venezuela. “El turismo se convirtió en 1987 en la segunda fuente de divisas para el país distinta al petróleo sin que existiera una política deliberada por el estado para producir ese resultado”.

Haz fama y acuéstate a dormir

En julio de 2011, la prensa nacional e internacional reportaba la muerte de un joven británico que tras recorrer 40 países del mundo, fue asesinado en la Isla de Margarita. Asimismo, en enero del año pasado, fueron robados 40 turistas brasileños en el estado Nueva Esparta. La noticia corrió por el mundo y desde entonces, algunas embajadas e instituciones han alertado sobre la situación de inseguridad que se vive en el país.

Por ejemplo, la Embajada Americana en Caracas publicó en julio de 2011 en su portal web una serie de recomendaciones a los ciudadanos americanos que pretendían viajar a Venezuela por vacaciones. “Durante su visita a Venezuela se les pide llevar la menor cantidad de dólares y evitar el uso de relojes caros o llamativos, así como joyas, debido a las malas condiciones de seguridad de ese país”, recomendaban.

William Bracho, ex presidente de la Cámara de Empresas Venezolanas de Transporte Aéreo, expresó que si el gobierno pretende transformar la actividad turística del país debe primero ocuparse de ordenar algunas debilidades, entre ellas, el tema de seguridad. "La Unión Europea ha colocado a Venezuela en la lista negra como destino turístico no seguro y eso tiene que cambiar", enfatizó en entrevista realizada en enero de este año para El Universal. Igual que él analiza el panorama el presidente Conseturismo: “si no hay seguridad, la campaña, por muy activa que sea, no funciona”.

A esa matriz de opinión también se une Valentina Quintero, reconocida promotora de las bondades turísticas del país. El mes pasado publicó en ElNacional, un artículo dirigido al ministro Arreaza. Enumeraba casos desafortunados de inseguridad. “Las posadas han tenido que poner cercas eléctricas. Asaltan en las playas, las lanchas, las posadas, las carreteras, los autobuses o los restaurantes”, expuso tajante. “¿Por qué venir a un país donde sólo en Caracas, en abril de 2013, hubo casi 500 muertes violentas?”, remató.

Por su parte, en días pasados, el ministro expresó en una entrevista para Globovisión que el tema de inseguridad “no es exclusivo de Venezuela”. Comentó que el flagelo es peor en Colombia, México, Guatemala y Brasil. “El gran problema de Venezuela es la campaña de percepción negativa”.

En eso coincidió el ministro de Interior y Justicia, Miguel Rodríguez Torres, en una entrevista para el mismo canal. “Cualquiera que vea las noticias fuera de Venezuela piensa que no se puede caminar por Sabana Grande", apuntó. El también director del Plan Patria Segura, expresó que los medios de comunicación deben “saber tratar las noticias” para apaciguar lo que él denomina “percepción de inseguridad”.

La Organización Mundial de Turismo, publicó en octubre de 2010 cifras que muestran que Venezuela está dentro de los 10 destinos menos visitados del mundo. Compite con Armenia, Etiopía, Mongolia, Bosnia, Bután, Benín, Madagascar,  Nueva Guinea y Kiribati

Según cifras del Mintur, en 2010 ingresaron 535 mil 270 visitantes a tres de los principales aeropuertos del país, cifra que creció en 2011, cuando reportaron unas 625 mil 224 entradas de pasajeros extranjeros. 

Otras cifras del mismo organismo aseguran que ascendió el número de turistas extranjeros entre el primer trimestre de 2011 y 2012, respectivamente.

Lo que se comenta de Venezuela

La manera más común de investigar sobre un país es a través de internet: páginas y foros en los que los viajeros comentan y califican los destinos. En el caso de Venezuela las opiniones son poco alentadoras.

Por ejemplo, el sitio Web 101viajes.com, dedicado a las recomendaciones turísticas de diferentes destinos del mundo, expone en su sección dedicada a Venezuela que en el país “son frecuentes los robos en la calle y transportes públicos”. Ellos aconsejan extremar las precauciones y “utilizar el sentido común”.
 
Sin embargo, en otros sitios, las opiniones se encuentran divididas y no falta quien aliente sobre el turismo nacional. Uno de ellos es Nehomar Maldonado, usuario registrado del sitio Viajeros.com. Nosotros mismos (los venezolanos) no nos atrevemos a hacer turismo nacional por tener el prejuicio de que nos ocurrirá algo malo. Yo puedo dar certeza de que he recorrido el país de punta a punta y solo he encontrado gente bonita”. 

Igual que Nehomar opina en el mismo foro la usuaria Jacky Ramírez. “Venezuela es hermosa. Así estemos pasando por momentos críticos, hay que mostrar el lado bueno. Así atraeremos más turistas en vez de espantarlos”, comenta.

Las opiniones de los extranjeros también se encuentran divididas. Ezli Turbe es mexicana y quisiera conocer Venezuela. Ella considera que de realizar un viaje al país, se informaría primero sobre cómo está la situación de inseguridad y solo después de eso decidiría si realizar el viaje o no. 

Igual que ella piensa Benedetta Cossco, una joven italiana, quien quiere conocer Venezuela por recomendaciones de sus amigos, pero le aterra viajar hasta acá porque en internet solo lee cosas desagradables del país. “Siempre leo que las cosas por allá no están nada bien. Tendré que esperar”.

Pero distinto a ellas piensa Alejandro Corona, mexicano. “He leído y escuchado que Venezuela está muy padre para conocer”. Él sí se atrevería a venir a pesar de la inseguridad pues cree que “en todos lados está igual”. 

Dos misiones para rescatar

Al tiempo que las gestiones en el marco del plan turístico, pareciera que van tomando auge según las declaraciones del ministro, se ha implementado simultáneamente en algunos estados del país el Plan Patria Segura, impulsado el pasado mes por el presidente Nicolás Maduro.

Con esta misión, que consiste en la intromisión de la Fuerza Armada Bolivariana en el resguardo de los ciudadanos, se espera que bajen los índices de inseguridad y violencia, al menos en Distrito Capital, Bolívar, Nueva Esparta y Anzoátegui, algunos de los destinos turísticos más visitados por extranjeros.

Aunque estos planes son independientes el uno del otro, el ministro Andrés Izarra expresó que Patria Segura ha dado resultados inmediatos muy efectivos y que seguirá así a la medida que pasen los días. “El problema es que los medios de comunicación no le dan una cobertura suficiente para informar sus alcances”. Precisó que desecharán la llamada “campaña negativa”. 

En resumen, los argumentos del sector turístico están compartidos. Los expertos coinciden en que mientras no existan condiciones reales que brinden seguridad a los turistas, no será efectiva la campaña. El sector oficial expone que se debe disminuir la percepción negativa creada por los medios, la cual, sin embargo no consideran un impedimento para el desarrollo del sector ni tampoco para alcanzar los objetivos fijados.

viernes, 7 de junio de 2013

Azul, el nuevo color de la esperanza (y de protesta)

Se intensifica la protesta de los estudiantes y profesores de las universidades públicas de Venezuela. La exigencia es concreta: mejoras salariales para los profesores, quienes mantienen el mismo sueldo desde 2008 y esperan un aumento del 100%, y un presupuesto justo para el mantenimiento de las casas de estudio del país. Al menos siete universidades autónomas se han unido al llamado “paro indefinido”. 

Más o menos así está la situación. Mireya Tabuas, profesora de la Escuela de Comunicación Social de la UCV, publicó hace algunos días a través de su cuenta en Twitter, algunas analogías entre el sueldo de un profesor universitario y los precios de algunos productos y servicios básicos.

@mireyatabuas  600 Bs. cobra un plomero por destapar una cañería (15 minutos), 44,6 Bs. diarios cobra un profesor medio tiempo #CalzadillaRespondaUniVE

@mireyatabuas 50Bs cuesta un cachito y un jugo, 44,6Bs gana diariamente un profesor universitario medio tiempo #CalzadillaRespondaUniVE

El día de hoy, algunos estudiantes de la UCV protestaron semidesnudos y pintados de azul en las zonas aledañas a la casa de estudios. Ayer se unió esa casa de estudios al llamado a “paro indefinido” luego de realizar una consulta de profesores. Ganó la opción si con 1163 votos, contra 885 que opinaron que no querían unirse al paro.

A continuación algunas fotografías cortesía de Globovisión




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Secuestraron a Alma Máter


“¡Secuestraron a Alma Máter!”, grita alguien entre el bullicio y el despilfarro de energía: gritos y lamentos, groserías y decepciones. “Es verdad, la secuestraron”, confirma un amigo cercano que ha comido las tres papas a su lado durante cuatro años. Un señor, que ya cuadruplicó más de 10 años de vida, reconfirmó la noticia. “La suma que piden es gigante, inalcanzable”, dijo apenado. Como en todo secuestro, muchas manos pudieran estar involucradas en el acto. Se sospecha de varias, ocultas y enmarañadas. 

Ha pasado un día. El olor a grama recién cortada se siente pero se extraña al mismo tiempo. El tic tac del enorme reloj que acostumbraba lucir no se escucha. Es como si algo dijera a gritos que Alma Máter está muriendo, aunque ya llamaron los bandidos, los secuestradores. “¡¡Pero ¿quién la secuestró?!!, gritó una señora –pelo corto, cara larga- desesperada, negada a creer en la realidad.

Entre electrocardiógrafos y voces de gente enferma, se escuchó el latir de lo único que pudiese estar funcionándole a Alma Máter: el servicio hospitalario, esas ganas de ayudar a los enfermos aunque sus recursos son escasos.

47 mil 593 jóvenes la extrañan. Otros 8 mil 710 claman por verla de nuevo, pero no tienen cómo pagar el rescate. Más bien la desaparecida y ultrajada, les debe a ellos. La solución es el dinero, siempre será el dinero. A veces será el pago y el beneficio.

No todos brindan apoyo ¿Quiénes son los familiares? ¿A quién le duele su desaparición? Nadie llora pero todos lo lamentan. Se esperan llamadas, correos electrónicos, mensajes de texto, información en los medios...

─ Nada, nada que se comunican.

Se seguirá esperando con el temor de que se la lleven a donde solo hay sombras. Si eso llegara a pasar, ya nada sería igual: las sombras vencerían a la casa. Alma máter habría muerto.

De repente suena el teléfono. Inesperada llamada. Temblores de manos y sudor mortificado. “No vamos a negociar, Alma Máter está muy bien con nosotros”. Colgaron el teléfono. Alguien se secó una lágrima y dijo: “la lucha es luchando, Alma Máter está muy joven y no puede morir”. 

Ya algunos empezaron a luchar

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